César Navarro: El Gobierno apoya el futuro de la inversión minera privada local en China

PALABRAS CLAVE: MINERIA / BOLIVIA / CHINA

LA RAZÓN: Un estudio del instituto de investigación canadiense Fraser posiciona a Bolivia entre las 10 “peores jurisdicciones del mundo” para las inversiones en exploración minera, una posición que puede explicar el hecho de que la inversión minera privada haya alcanzado su máximo nivel en 2008, con $us 477,8 millones, para luego hundirse hasta 40,9 millones en 2016, según un reporte del Ministerio de Minería y Metalurgia.

— El último estudio de Fraser indica que Bolivia está entre los países menos atractivos para la inversión minera. ¿Cuál es su posición en este tema?

— Ellos hacen un estudio en función de los incentivos para la inversión privada externa en las fases prospectivas y exploratorias, y no una valoración de las condiciones materiales para el desarrollo de la inversión en cada uno de los países, con la estabilidad que dan los Estados a las inversiones en sus propios países. Es una valoración muy parcial, no es integral ni completa. Por ejemplo, nosotros tenemos un comportamiento interesante de las inversiones que han consolidado proyectos de largo plazo que han logrado tener una relación importante que tiene que ver con un trípode: Estado, empresa y comunidad. Aquellas inversiones que no tuvieron una relación sostenible con el Estado y menos con la comunidad generaron un conflicto muy fuerte, y en el caso de Bolivia tenemos una estabilidad. Lo que sí estamos trabajando es en un plan de incentivos para desarrollar el ciclo de la cadena productiva y no simplemente la fase de la prospección y la exploración. Ese plan marcará la diferencia de nosotros como Bolivia y el resto de los países de la región.

— Estadísticas de su cartera  indican que las inversiones en el sector privado cayeron de $us 477,8 millones en 2008 a 40,9 millones en 2016. ¿A qué se debe esta tendencia a la baja?

— Lo que sucede es que hubo un tope muy importante de inversiones fundamentales que han logrado desarrollar sus actividades productivas, nos referimos a las de la japonesa Sumitomo en (la mina) San Cristóbal, Manquiri (filial de la estadounidense Coeur Mining Inc) en San Bartolomé y la canadiense Pan American Silver en San Vicente. Son proyectos que han ido generando una inversión previa a estos elementos y hoy están garantizando un importante índice de producción. Además, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) firmó una carta de intenciones con la canadiense New Pacific para impulsar de forma conjunta una inversión que puede superar los $us 30 millones en la prospección y exploración del área de Alcira, en el municipio de Betanzos, en la provincia potosina de Cornelio Saavedra. De consolidarse este proyecto, se desarrollará otro megacampo de plata que nos permitiría contar con un volumen importante de producción para la generación de empleo, de impuestos y regalías, tanto para el departamento como para los municipios.

— ¿A cuánto llegó la inversión minera el año pasado y a cuánto llegará en esta gestión?

— Vamos a ver la mirada de largo plazo. Como Estado estamos invirtiendo cerca de $us 86 millones desde 2015 para incrementar la producción y el tratamiento en Huanuni; $us 77 millones desde 2017 en la construcción de un ingenio que va a procesar 2.000 toneladas de mineral por día en Colquiri; y $us 86 millones desde 2012 en el horno Ausmelt y el capital de operación de Vinto. En suma, son más de $us 230 millones de inversión en empresas mineras estatales para incrementar la producción, mejorar la recuperación de los ingenios y para tener mayor tratamiento de lingotes metálicos de estaño.

Desde este mes, además, se tiene prevista la inversión de cerca de $us 466 millones en la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), proveniente en un 85% de un crédito chino y en un 15% del Estado, sin contar el capital de operación. Ésta será una inversión altamente importante que nos va a permitir valorar la producción con acero laminado y tener un impacto en el mercado de la construcción. La producción que tenemos en San Cristóbal, San Vicente y otras (privadas) tiene características similares a las explotaciones que tenemos desde la época de la Colonia; es decir, extraer, concentrar y exportar. En el caso del Mutún, vamos a desarrollar el ciclo de la cadena productiva, sacaremos el hierro del yacimiento y lo vamos entregar a la sociedad boliviana como acero laminado para la construcción. Esa es la diferencia sustantiva entre lo que ha sido el viejo Estado republicano con el Estado Plurinacional. En el proyecto de la ESM, el Eximbank, el banco estatal de China, nos da el crédito y nosotros contratamos a la empresa china Sinosteel Equipment y Engineering Co para la construcción, equipamiento y puesta en marcha de la planta. En ello hemos puesto condiciones importantes: que la empresa china debe entregarnos la planta de Puerto Suárez (Santa Cruz) funcionando y produciendo en el mes 30; que ellos se queden en la planta hasta el mes 42 para garantizar la normal producción y transformación del mineral; y que el producto sea de alta calidad competitiva, porque tenemos acero importado de varios países. Entre el mes 30 y el 42 es el periodo en el que los profesionales bolivianos que se especializarán en plantas metalúrgicas chinas asumirán la conducción de la fase extractiva, de concentración y transformación, y a partir del mes 42 es que los bolivianos nos hacemos cargo absolutamente de la dirección de todo el proceso.

— ¿Cuándo se estaría produciendo acero del Mutún?

— Arrancaríamos en este mes. De hecho, en este momento, Sinosteel ya inició trabajos de desmonte en el Mutún. Así que la planta tendría que estar funcionando en febrero de 2022. Pero también para inicios de ese año, tenemos que garantizar a través de la ESM los mercados en los municipios del país que tengan mayor demanda en la industria de la construcción. Vamos a producir para un 30 o 35% del mercado interno, porque como Estado no tenemos ninguna experiencia ni en la producción ni mucho menos en la comercialización. Nuestro objetivo es producir y garantizar el mercado con un producto de alta calidad. Una vez tengamos ello tenemos previsto que a partir del quinto año se amplíe la producción y la transformación.

— ¿Qué áreas son potenciales para la inversión privada, cuáles para la inversión pública?

— Hemos identificado áreas importantes: complejos de plomo, plata y zinc en Potosí; estaño en Oruro, y un proyecto aurífero en el oriente. Estamos discutiendo cómo encarar éstos, como Estado o en asociación privada, porque la minería si quiere ser competitiva en el siglo XXI tiene que estar asociada al capital y a la tecnología. Hasta finales de año vamos a tomar una decisión. De hecho, el proyecto con New Pacific puede ser el segundo proyecto en producir más complejos de plata. En inversión pública, están los yacimientos en Huanuni, Colquiri y el Mutún.

— ¿Cuáles son los países que invierten más en minería?

— En este momento tenemos el proyecto San Vicente con Panamerican Silver; San Cristóbal con Sumitomo; y Porco y Bolívar con la suiza Glencore. Son los capitales privados que están invirtiendo en nuestro país, aunque hay otras muchas más pequeñas que no son sustantivas.

— ¿A cuánto asciende la inversión privada al momento?

— No tenemos el dato preciso en este momento. Pero si hacemos una revisión del neoliberalismo, no tenemos inversiones nuevas en nuevos yacimientos, lo que tenemos es la transferencia de empresas estatales y yacimientos en producción a capitales privados. El proyecto de San Cristóbal y el de Manquiri han sido concebidos por la Comibol, pero desarrollados por capital privado. Entonces, es en nuestra gestión cuando se están desarrollando nuevas intenciones de inversión que se van a consolidar en la presente gestión.

— ¿Cuál es la estrategia del Gobierno para incrementar las inversiones públicas y privadas en el sector minero con miras a la Agenda 2025?

— En el caso del sector público, el reto que nos hemos propuesto es consolidar la actividad productiva y la transformación minera. Aspiramos hasta mediados de 2019 a consolidar el techo de producción de 5.000 toneladas de mineral por día en Huanuni y Colquiri, lo que garantizaría materia prima para la producción de 18.000 toneladas metálicas de Vinto, es decir, garantizar el ciclo de la cadena productiva y los mercados de venta.

— ¿Qué porcentaje de las exportaciones mineras de Bolivia son materia prima y qué proporción sale del país de forma industrializada?

— No sale nada industrializado, lo que sacamos o son concentrados de plata, plomo, zinc  o son minerales metálicos de estaño. No podemos hablar de industrialización en minería si no tenemos material metálico, lo tenemos con el estaño y el cobre en mínima escala, y tenemos elaborado un proyecto para una planta de zinc en Potosí. Si reacondicionamos el horno Kivcet (de Karachipampa) en Potosí, vamos a sacar lingotes metálicos de plomo, plata, zinc y estaño. Una vez que demos ese paso nos abriremos a la industrialización, porque se requiere de mineral metálico que solo se da en el estaño.

— ¿Qué proyectos tiene el Gobierno para que las exportaciones mineras de Bolivia tengan mayor valor agregado?— Tenemos que avanzar con mucha más fuerza en las plantas de fundición (…).

— ¿Cuánta es hoy la contribución del sector minero en el crecimiento del PIB?

— Representa entre el 3,8 y 4%, aproximadamente.

— ¿Cuántos empleos genera?

— En 2017 tuvimos un récord histórico de producción, 993.000 toneladas de complejos de plomo, plata, zinc y estaño que representa en función de la cotización promedio del año unos $us 3.649 millones. Hemos generado 136.000 fuentes de empleo directo que con los indirectos llegan a 648.000. Esto significa que en 2017 generamos para el país $us 235 millones en impuestos y 178 millones en regalías, es decir, cerca de $us 400 millones que transfiere la actividad minera a las gobernaciones, municipios y al Estado. Esto sin tomar en cuenta que cerca de $us 500 millones significa el ingreso que perciben los asalariados y los trabajadores cooperativistas.

— ¿Los empleos son formales?

— No, de estos 136.000 empleos, aproximadamente el 85% se genera en el sector de las cooperativas mineras, en las que tenemos socios cooperativistas, peones y jornaleros, y el 15% son los empleos estatales y privados amparados por todos los derechos de la Ley General del Trabajo. La fluctuación de la mano de obra en las cooperativas está en función de la cotización.

Perfil

Nombre: César Navarro

Cargo: Ministro de Minería y Metalurgia

Está en la cartera de Minería y Metalurgia desde 2014

Pasó por varios cargos antes de ser designado Ministro de Minería. Se incorporó al MAS en 2000, cuando fue delegado político del oficialismo en su región. Antes fue dirigente universitario y activista por los derechos humanos. En las elecciones de 2002 salió elegido diputado. En 2010 perdió las justas municipales en Potosí y después fue designado Viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales.

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