Poblaciones de Brasil, Colombia y Bolivia rechazan las represas (ANF)

ANF. 2019-07-14

Entre canciones, vítores —»¡No a las represas, sí a la vida!»—, discursos y testimonios personales y colectivos. Así se llevó adelante el Encuentro Regional de Afectados y Afectadas por la construcción de represas en la Amazonía, que se desarrolló en Guayaramerín y del que participaron representantes de Brasil, Colombia y Bolivia.

En el encuentro, expertos y líderes regionales enfatizaron su rechazo a la construcción de represas y megarepresas, que, a lo largo de estos años, dejaron a miles de familias afectadas, resignadas a migrar, perder sus cultivos y su sustento, la mayoría basada en la pesca, y a quedarse inmersos en la pobreza y la violencia contra mujeres y niños, según alertaron.

Las posturas de alerta surgieron tras conocerse anuncios gubernamentales de la región para la construcción de nuevos proyectos hidroeléctricos, sin consulta a las poblaciones aledañas, según sus representantes.

«Estas represas están generando la acumulación de problemas sociales y ambientales muy graves. Hay una vulneración clara de los derechos humanos, de quienes viven cerca de las hidroeléctricas. Por eso, las personas deben unirse, luchar y discutir un nuevo modelo que garantice los recursos naturales, la seguridad de las personas, que ayude a toda la población», manifestó Geovane Souza, miembro del movimiento de los afectados por las represas de Brasil, sector Rondonia.

Activistas ambientales y líderes indígenas amazónicos brasileños llegaron al encuentro para dar su testimonio sobre las consecuencias irreversibles generadas por las hidroeléctricas de Jiraú y San Antonio, ubicadas en el río Madera del estado de Rondonia, sector fronterizo con Bolivia.

Entre los principales problemas generados por las represas, según se conoció en el encuentro, están los desplazamientos de las poblaciones de las orillas de los ríos, la pérdida irremplazable de sus tierras, inundaciones, daños ambientales y conflictos sociales, como prostitución, violaciones y abusos a menores.

A pesar del rechazo masivo a este modelo energético, recientemente se anunció que hay un proyecto para la consolidación de 138 pequeñas, medianas y grandes hidroeléctricas, que se construirán a los largo de la cuenca amazónica del río de Juruena, en donde ya existen 32 centrales de generación de energía.

Urge cambio de matriz

La delegación de Colombia pidió enfocarse en impulsar un cambio urgente en la matriz energética.

«Hacemos un llamado para que los países, sus autoridades y ciudadanos reflexionemos profundamente en la forma en la que se busca generar energía para sus países. La magnitud de daño ambiental y social que están generando las represas  en la región es razón suficiente para que pensemos de forma diferente en proveer energía. Urgimos de un cambio de matriz energética. Lo que esta época demanda es innovación y cambios en las formas de pensar», dijo Germán Niño, Representante del Comité Internacional del Foro Social Panamazónico (FOSPA) Colombia.

En el encuentro también participaron expertos en energías alternativas y renovables.

«Este encuentro es importante en la confluencia de varios países porque es posible combinar las fuerzas de los pueblos, y lo único que se requiere para optar por estas energías renovables es la voluntad política de los gobiernos», explicó Artur de Souza Moret, de la Universidad Federal de Brasil, Fundacion UNIR y experto en energías renovables.

Rechazo 

Miembros de la mancomunidad de poblaciones de los Ríos Beni, Tuichi y Quiquibey, por otro lado, que participaron activamente del encuentro, rechazaron contundentemente los proyectos hidroeléctricos que el Gobierno planea construir en sus territorios (El Chepete y El Bala), argumentando  que nunca fueron consultados sobre dichos planes.

«El Gobierno dividió nuestra organización y comunidades, convenciendo a sus corregidores. Es difícil aceptar este proyecto, porque se trata de (poner) seis naciones en riesgo. El Gobierno ha manejado mal este tema. No solo cinco mil familias serán afectadas por estos dos proyectos de Chepete y Bala, sino que es bastante y no se habla de forma directa, y todos los bolivianos debemos rechazar este proyecto», dijo Valentin Juan de Dios, representante del pueblo Tacana de La Paz y presidente de la Mancomunidad Río Beni y Quiquibey, en «defensa de los territorios y la vida».

Las exposiciones y planteamientos se dieron con una clara propuesta: encausar una lucha regional para optar por sistemas de energía alternativos y renovables y rechazar más represas y megarepresas, que ya han dañado y destruido a muchos pueblos y tierras.

El encuentro se desarrolló en el Palacio de Cultura del municipio beniano de Guayaramerín, con la asistencia de al menos 100 personas.

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