Deutsche Welle • China – Venezuela: ¿una relación de pierde-pierde?
Del actual viaje de su presidente a China, los venezolanos se enteraron apenas 10 minutos antes del despegue de su avión rumbo a Pekín, este 12 de septiembre. “Yo vuelvo”, se apresuró a decir Nicolás Maduro a los micrófonos, como si hubiera la posibilidad de no poder hacerlo.
Aparte de preguntarse qué iba a hacer Maduro en China, lo que también le interesa a muchos en Venezuela es ¿quién quedó al mando del país? En ausencia del presidente y la vicepresidenta, el presidente de la Asamblea Nacional debe ser el presidente interino legal, por Constitución, pero este fue despojado de cargo y poderes.
Este “encuentro estratégico”, según Maduro, tiene el objetivo de “avanzar en los nuevos acuerdos de asociación estratégica, en el campo económico, comercial, financiero, tecnológico y comunicacional, para seguir avanzando en la profundización de las extraordinarias relaciones políticas, culturales y económicas, entre el presidente chino Xi Jinping y nuestra patria”, reza en la página del Ministerio venezolano del Poder Popular para Relaciones Exteriores.
Por su parte, “China busca mejorar la confianza mutua bilateral, profundizar la cooperación y la amistad beneficiosa en varios campos, así como elevar y abrir nuevas perspectivas para la Asociación Estratégica Integral China-Venezuela”, dijo en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Geng Shuang, este 13 de septiembre.
Venezuela y China iniciaron relaciones diplomáticas en 1974, pero fue con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia en 1999 que el vínculo bilateral tomó un carácter estratégico para los planes de Caracas. ¿También para Pekín?
Una relación “estratégica” contra la lógica
Venezuela, cada vez más aislada en las Américas y criticada por la Unión Europea por el desmonte sistemático de la democracia, busca respaldo en Asia. Pero ¿qué espera China de la cooperación con un país y un gobierno que ha generado una de las mayores crisis humanitarias de las últimas décadas en América Latina?
No todos parecen estar tan tranquilos en China con esa “relación estratégica”. En efecto, allí hay preocupaciones de que Venezuela no pueda pagar sus créditos. ¿Hay motivos para preocuparse cuando, al parecer, Venezuela ya cubrió la mayor parte del préstamo hecho por China y el negocio de intercambio de petróleo por préstamos está funcionando sin problemas?, es la pregunta de DW al analista Matt Ferchen, del Centro para la Política Global Carnegie-Tsinghua, con sede en Pekín.
Si bien hay reportes, aunque no confirmados, de que Venezuela ha priorizado el servicio de pago de su deuda a China, según Ferchen, “no hay hoy en el mundo un deudor más riesgoso que Venezuela. No hay claridad sobre cuál es el monto de la deuda cubierta por Caracas. Pero lo que sí es evidente es que los términos de pago han sido revisados varias veces, a medida que la crisis de Venezuela se ha intensificado”. Pero para que China hubiera accedido a cambiar los términos del pago de deuda, Maduro tuvo que haber ofrecido importantes garantías al Gobierno de Xi Jin Pi. “Una razón más para que China sea más escéptica con la situación económica y financiera de Venezuela”, advierte Ferchen.
China, sostén de la crisis humanitaria venezolana
Matt Ferchen, crítico de las relaciones entre Pekín y Caracas, ha descrito dicho pacto como un “pierde-pierde”. Pero ¿no recibe acaso Venezuela el dinero fresco que necesita, y China se asegura, a cambio, suministro de petróleo? Cada uno encuentra lo que busca. ¿O no? Ferchen repite: “La relación entre China y Venezuela es absolutamente un lose-lose”, y lo explica: “Al prestarle más dinero a Venezuela, China está ayudando a alargarle la vida al incompetente Gobierno de Maduro que está empobreciendo a su propio pueblo, al tiempo que endurece su autoritarismo”.
Para el analista del Centro Carnegie-Tsinghua, “el pueblo venezolano es el gran perdedor, aunque China también pierde cada vez que acepta revisar los términos de la deuda con un país de facto en bancarrota como Venezuela”. Pero la situación es más crítica, cuando se evidencia que, como dice Ferchen, “el derrumbe de la productividad y las exportaciones petroleras venezolanas ha contribuido al aumento de los precios del crudo a nivel mundial”. Así, el respaldo chino al disfuncional sector petrolero venezolano significa que, al fin de cuentas, “China resulta pagando más por el petróleo que lo que aparece en la factura firmada por Maduro”.
Por último, advierte el economista Matt Ferchen, si lo que quiere China es ampliar su presencia pacífica y amistosa en América Latina, “debería dejar de seguir ayudando a sostener la deficitaria economía venezolana; de lo contrario, será recordado en América como el patrocinador de una de las peores crisis humanitarias del continente”.
Fuente: https://www.dw.com/es/china-venezuela-una-relaci%C3%B3n-de-pierde-pierde/a-45495070