En marcha la primera planta semi-industrial de biogás con paja de arroz
Planta piloto instalada en Silla, en las cercanías del Parque Natural de la Albufera de Valencia, que procesa entre tres y cuatro toneladas de paja al año y las convierte en fertilizantes y biogás que puede ser utilizado en explotaciones agrícolas como electricidad y calor o como biocarburante. Estas son las coordenadas de la planta semi-industrial construida por Ludan España dentro del proyecto LIFE Sostrice. El prototipo será optimizado en su funcionamiento por Ainia Centro Tecnológico, que a partir de ahora comienza a realizar pruebas.
Hace algo más de un año este portal presentaba a Sostrice como un proyecto LIFE financiado a través de la Comisión Europea que persigue la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de los cultivos de arroz mediante soluciones económicas y sostenibles que incluyen el aprovechamiento energético en forma de biogás y biometano. Ahora Ainia informa que ha culminado una de las etapas para conseguir ese objetivo: “la construcción de la primera planta piloto semi-industrial que genera biogás y biofertilizantes a partir de la paja sobrante del cultivo de arroz”.
La nota de prensa del centro tecnológico ubicado en Paterna (Valencia) añade que el nuevo prototipo, que servirá para el desarrollo de plantas a escala industrial, “es capaz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del cultivo de este cereal, ahorrar en el consumo de agua y disminuir el uso de fertilizantes”. La instalación ha sido diseñada y construida por Ludan España, socio del proyecto como Ainia y como el coordinador del mismo, el Instituto Andaluz de Tecnología (IAT). También participan en Sostrice el Centro Tecnológico Avanzado de Energías Renovables de Andalucía (CTAER) y el Centro de Innovación y Tecnología Agroalimentaria (Citagro).
De 15.000 a ocho millones de toneladas
La planta se ha instalado en Silla, en las cercanías del Parque Natural de la Albufera de Valencia, puede procesar entre tres y cuatro toneladas de paja al año para convertirlas en energía a emplear en explotaciones agrícolas como electricidad, calor o biocarburante para el transporte de vehículos. Ocupa poco más de 30 m2 y contiene dos digestores anaerobios para producir biogás y biofertilizantes. En la actualidad se desarrollan las tareas de puesta en marcha y monitorización del prototipo, que incluye “la inoculación de biomasa anaerobia para comprobar el correcto funcionamiento de todos los equipos y la optimización del proceso, con el objetivo de perfeccionar los futuros diseños a escala industrial”, señalan desde el centro tecnológico.
En Ainia estiman que en una planta de digestión anaerobia alimentada con 15.000 toneladas de paja residual se producirían unos 21 millones de kWh eléctricos cada año. “En la albufera de Valencia, con una superficie cultivable de 14.700 hectáreas –calculan–, se pueden producir anualmente entre dos y ocho toneladas de paja excedentaria por hectárea de cultivo de arroz”.