Hidroituango seca el río Cauca: cómo la controversial represa redujo en 80% el caudal del segundo río de Colombia (BBC MUNDO)

PALABRAS CLAVE: MEGAPROYECTOS HIDROELÉCTRICOS – COLOMBIA – RÍO CAUCA – HIDROITUANGO – CRIMEN AMBIENTAL – MOVIMIENTO RÍOS VIVOS – DESPLAZAMIENTO

BORIS MIRANDA (BBC MUNDO) 2019-02-08

Aquellos que lo conocen bien señalan que nunca antes vieron algo así.

El río Cauca, el segundo más importante de Colombia, está irreconocible para ellos; reducido apenas al 20% de su gran caudal tradicional.

¿El motivo? Además de la temporada de sequía en la región, la principal causa señalada por los expertos y los pobladores de la zona es el cierre de las compuertas de la cuestionada represa de Hidroituango la que afectó severamente el vertimiento de agua en el sistema hídrico.

El Cauca cruza siete departamentos colombianos de norte a sur, abriéndose paso entre las montañas del país y decenas de municipios y poblaciones que basan en él sus actividades económicas como la pesca, la pequeña minería y la agricultura.

“Jamás lo vimos así, en ninguna temporada de ningún año. El río tenía profundidades de varios metros y ahora hay lugares en los que apenas te mojas los zapatos como nunca antes. Nunca un río tan caudaloso y grande como el Cauca estuvo así”, lamenta Jorge Guisao, líder social del municipio de Ituango y uno de los afectados.

Fin de las recomendaciones

Las poblaciones más afectadas se encuentran en el norte del departamento de Antioquia, en el centro de Colombia.

¿Qué pasó?

El 5 de febrero se decidió cerrar la única compuerta que quedaba abierta de la represa de Hidroituango, lo que impidió que el caudal del río Cauca siguiera su paso a través de ella.

La decisión fue tomada por Empresas Públicas de Medellín (EPM), entidad que es socia del proyecto hidroeléctrico junto a la gobernación departamental de Antioquia, ante el riesgo de que la presión del agua comprometiera la resistencia de la estructura de la represa.

Bastaron menos de 24 horas desde que se hizo efectivo el cierre del paso de agua para que los pobladores de las zonas aledañas denunciaran que “el Cauca se está secando” y que los peces agonizaban sobre las rocas por la reducción del caudal.

“Estamos asistiendo a un crimen ambiental en Colombia. Nunca habíamos presenciado que se mate un río con la complicidad de las instituciones sin que se haga nada y que se diga que es por beneficiar a las comunidades”, afirmó Isabel Zuleta, del Movimiento Ríos Vivos de Antioquia desde Puerto Valdivia, en las orillas del Cauca.

La activista añade que el río en la actualidad no se parece en nada al que conocieron y que las poblaciones de la zona no fueron consultadas sobre el tema.

Puerto Valdivia, en el norte de Antioquia, es una de las poblaciones más afectadas por la drástica reducción de la vertiente del río porque sus habitantes viven de la pesca.

EPM, por su parte, sostiene que el caudal comenzará a normalizarse a partir de este fin de semana.

“Tal como se había previsto desde el punto de vista técnico, son dos días y medio para iniciar el vertimiento y otros dos días para que se normalice después del cierre de la compuerta que se realizó el martes al mediodía; todo de forma gradual”, indicó la empresa pública en un comunicado.

De acuerdo al Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el nivel del río Cauca en Puerto Valdivia el 4 de febrero, un día antes del cierre de la compuerta, era de 1,96 metros y dos días después alcanzaba apenas 42 centímetros.

Los pobladores de la región llegaron a señalar que es la primera vez en la historia que en ciertos puntos se puede cruzar el río de un extremo al otro caminando.

El ministerio de Ambiente, por su parte, señaló que EPM “deberá adoptar todas las medidas idóneas requeridas para prevenir, atender, manejar, controlar, restaurar y superar los efectos e impactos ambientales y sociales que las maniobras anunciadas dejen sobre la cuenca aguas abajo del proyecto relacionado con la reducción de los caudales”.

La represa

No es la primera vez que la represa de Hidroituango genera controversia en Colombia.

A mediados de 2018 fueron evacuadas decenas de miles de personas de tres departamentos ante el riesgo de inundaciones causadas por problemas en la estructura de la represa y la crecida del caudal del Cauca.

Desde entonces se cuestiona la forma en la que se emprendió aquel proyecto hidroeléctrico cuyas obras comenzaron a realizarse en 2010 y que todavía no empezó a operar.

La megaobra tiene un costo estimado de US$4.000 y en su momento se anunció que la central tendría capacidad de generar 2.400 megavatios cada hora.

Esta última crisis provocó que entre el miércoles y el jueves cientos de pescadores, personal de EPM, técnicos y funcionarios municipales y departamentales se dediquen a rescatar a los miles de peces que quedaron sobre las rocas en las orillas del Cauca.

Expertos señalan que el caudal del río tardará más tiempo en recuperarse que el señalado por la empresa responsable de Hidroituango y que esta repentina sequía afectará a otros sistemas hídricos que se alimentan del Cauca.

Modesto Portilla, profesor de geociencias, añade que la muerte la muerte de peces no será la única consecuencia.

“Esto produce la afectación drástica de la flora y fauna que habita esta zona: la vegetación se seca y los cultivos pierden sus frutos, la fauna se desplaza o muere”, indicó el experto en una entrevista con el diario El Tiempo.

Portilla añade que durante el tiempo los pobladores de la región perderán capacidad de trasladarse porque no podrán navegar por el Cauca y eso les afectará también en lo económico ya que por allí también trasladan sus productos agropecuarios.

Líderes sociales como Jorge Guisao sostienen que la obra les trajo problemas desde el inicio por los riesgos de rebalses de agua y ahora la sequía del Cauca.

“Han cambiado nuestra forma de vida. Nos han desplazado y ahora afectan nuestros modos de subsistencia. Ahora solo queda tratar de recuperarnos por nuestros propios medios, porque el daño parece irreversible. El Cauca es nuestra fuente de sustento, es una tradición de 300 años viviendo del río. Es nuestra vida y nos lo están quitando”, concluye.

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