World Energy Trade • La caída del shale estadounidense ha dejado el mercado petrolero en manos de la OPEP +

La reunión de ministros de petróleo de la OPEP plantea algunos desafíos cruciales, como los ajustes en la producción, sin embargo, por primera vez en años, el auge del shale estadounidense no estará como tema de relevancia.

Las consecuencias devastadoras de la pandemia global y un ajuste de cuentas con Wall Street parecen haber roto la determinación de los exploradores de shale que convirtieron a Estados Unidos en el mayor productor de petróleo del mundo.

Al menos por ahora, ha llegado a su fin los años de crecimiento vertiginoso, que le arrebataron la prominencia al Medio Oriente y Rusia. Naciones que nuevamente toman la ventaja en el mercado mundial del petróleo.

“En el futuro, ciertamente creemos que la OPEP será el productor equilibrante, realmente, con el control total de los precios del petróleo”, dijo a principios de este mes Bill Thomas, director ejecutivo de EOG Resources Inc., el mayor productor independiente de shale por valor de mercado.

La prudencia de la industria del shale, que también se hizo eco de los directores ejecutivos de Pioneer Natural Resources Co. y Occidental Petroleum Corp., significa que la producción probablemente se aplanará después de la fuerte caída este año.

La producción de petróleo de EE. UU. finalizará en 2021 cerca de 11 millones de barriles por día, prácticamente lo mismo que en 2020, según los pronósticos de IHS Markit, Rystad Energy, Enverus y la Administración de Información de Energía (EIA).

Proyecciones de producción del shale para 2021

Una preocupación menos para la OPEP

Este escenario en la industria del shale seguramente será un alivio para la OPEP y sus aliados. A principios de 2020, los esfuerzos del grupo por controlar los precios se enfrentaban crecientes dificultades.

Los avances en la perforación horizontal y la fracturación hidráulica que marcaron el comienzo de la revolución del shale hicieron que pareciera que el crecimiento de la producción de Estados Unidos nunca podría terminar.

La producción de crudo estadounidense por primera vez superó en febrero los 13 millones de barriles diarios.

Luego llegó el Covid-19, la gente de todo el mundo dejó de conducir y volar, y el mercado del petróleo colapsó. El presidente Donald Trump negoció un acuerdo histórico con la OPEP en abril para eliminar casi una décima parte de la producción mundial del mercado. Dijo que la contribución de Estados Unidos vendría en forma de recortes impulsados por el mercado.

Ahora, cuando el cartel se reúna en una reunión virtual el 30 de noviembre y la alianza OPEP + más amplia el 1 de diciembre, probablemente estarán más enfocados en el impacto que la pandemia ha tenido en el consumo de combustible.

La mayor parte del crudo que el grupo sacó del mercado ya se ha recuperado con éxito sin problemas.

El impacto negativo para EE. UU. de la caída del shale

El compromiso de reducción de abril se cumplió más rápido de lo que se pronosticó y marcó una gran diferencia. Los inversores que ya estaban cansados de la ola de gastos de la industria del shale, se retiraron del sector y varios productores se declararon en quiebra. Antes de que terminara el verano, la producción estadounidense se había derrumbado en 3.4 millones de barriles por día, casi lo mismo que eliminó los Emiratos Árabes Unidos en su pico de producción.

Si bien la retirada del shale ha facilitado la vida de la OPEP, para la industria petrolera estadounidense ha sido brutal. Ha habido 43 quiebras de empresas de exploración y producción este año hasta octubre, según un informe de la firma de abogados Haynes & Boone.

La naturaleza propia de la producción del shale oil es que la producción de los pozos normalmente disminuye en cuestión de meses, por lo que los nuevos deben perforarse y fracturarse continuamente solo para mantener la producción en los niveles actuales.

Conteo de plataformas de perforación y equipos en el Pérmico

Desde que tocó fondo en el verano, el número de plataformas que buscan crudo en campos de shale ha aumentado de 69 a 241 esta semana, según datos de Baker Hughes Co. Esta cifra sigue siendo muy inferior a los 683 que se tenían en marzo.

Un aumento reciente en la perforación y el fracking no parece ser suficiente para asegurar el crecimiento de la producción.

De manera similar, el número de equipos de fracking en la otra vez vibrante Cuenca Pérmica a ambos lados de Texas y Nuevo México ha aumentado a 63, una mejora con respecto a los escasos 20 de junio, según muestran los datos de Primary Vision Inc.

Sin embargo, la cifra es menos de la mitad de los 146 equipos que estaban bombeando mezclas de agua, químicos y arena a los pozos en enero para liberar petróleo de la roca de esquisto en el área.

Desde junio, los precios de referencia del petróleo en Estados Unidos se han mantenido notablemente estables, rondando los US$ 40 por barril, y eso muy favorable para la OPEP.

La anhelada recuperación

La industria del shale puede estar en su peor momento, pero ciertamente no está derrotada. Estados Unidos seguirá siendo una superpotencia petrolera durante los próximos años. Siempre existe la posibilidad de precios más altos que permitan que los exploradores realicen perforaciones y fracking sin descanso como antes.

Un aumento sostenido del precio a US$ 50 el barril desencadenaría nuevamente el crecimiento, según Bernadette Johnson, vicepresidenta de estrategia y análisis de Enverus.

Con precios de US$ 60 el barril, el esquisto estadounidense se recuperará con fuerza.

Los prometedores resultados de las vacunas contra en coronavirus por parte de Pfizer, Moderna y últimamente AstraZeneca, le imprimieron un impulso al mercado petrolero esta semana.

Esto ayudó a llevar los precios en Nueva York por encima de los US$ 45 el barril por primera vez desde marzo. Si otras noticias alcistas llevan los precios a niveles que alentarían el crecimiento del sector del shale, aunque sea temporalmente, los productores podrían aprovechar la oportunidad para fijar los precios con contratos de cobertura. Ese es un riesgo que la OPEP + tendrá que considerar.

Llegará el momento de tomar decisiones respecto a si los inversores estarán dispuestos a financiar de nuevo el shale. Sin embargo, ya antes de Covid-19, la industria se estaba hundiendo debido a las altas deudas y el descontento de los accionistas.

Los productores del shale gastaron alrededor de US$ 342 mil millones desde 2010, según estimados de Deloitte LLP.

Otra incógnita es respecto a las decisiones que los gigantes Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp. tomarán el próximo año. Ambos recortaron los presupuestos de capital en alrededor de un tercio este año, y los mayores recortes provinieron del sector del shale estadounidense.

“Fundamentalmente, la OPEP + no tendrá que luchar por la participación de mercado”, dijo Natasha Kaneva, analista de materias primas de JPMorgan Chase & Co. “Después de seis meses de gasto de capital mínimo, la producción de shale de Estados Unidos seguirá restringida”

Fuente: World Energy Trade