El anuncio de la salida de Sumitomo de San Cristobal y la llegada de una nueva empresa, así como la identificación de una potencial reserva de mineral en el yacimiento Silver Sand, reflejan vientos de cambio y alientan una moderada expectativa de un nuevo impulso a la minería privada del país.

A esto se suma la firma de contrato entre Catl Brunp & Cmoc y Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para la explotación de litio con una nueva tecnologia.

El director ejecutivo de la Fundación Milenio, Henry Oporto, advirtió sobre la presencia de un ambiente adverso, cuellos de botella para la minería, la falta de un política sectorial y la ley vigente que no genera incentivos a la inversión, que persisten; sin embargo, dijo que se observa un movimiento en el ámbito privado con la venta y transferencia de empresas, el anuncio de proyectos como el de la empresa Alcira o la selección de una empresa china para la Extracción de Directa de Litio.

“Se puede decir que hay vientos de cambio en la minería privada del país con capital extranjero, que alientan la expectativa de que esta llegada de nuevas empresas pueda representar un nuevo impulso a la minería privada del país”, puntualizó.

Lo que se desconoce y es prematuro señalar es si esto se traducirá en un auge o un nuevo ciclo de nuevas inversiones; se debe esperar cómo se desarrollan los proyectos.

Recordó que la minería privada que abarca un puñado de empresas es el sector que más aporta en regalías, impuestos y es responsable del 50% del valor de las exportaciones. “Hay estos vientos de cambio que pueden presagiar una nueva etapa e impulso al sector privado, no sabemos si generará un auge de inversión, probablemente no, porque esto requiere cambios a la ley minera, pero hay expectativa para una reactivación limitada de inversión”, precisó.

Según Oporto, estos movimientos se dan en una coyuntura en la que la economía mundial sigue demandando minerales y eso significa oportunidades para estimular la producción minera en Bolivia y exportar. Por eso, el país debe reformular su politica minera para responder a la demanda y fomentar la llegada de inversiones, añadió.

Las principales empresas mineras son Sinchy Wayra; Manquiri, que opera San Bartolomé; Pan American Silver, que opera San Vicente; Emipa en Santa Cruz; y New Pacific.

Héctor Córdova, analista de la Fundación Jubileo, señaló que la salida de Sumitomo y otras firmas puede ser una señal negativa, pero si llegan firmas de menor tamaño y se animan a invertir, el mensaje es que el país brinda oportunidades.

Añadió que en la compra de San Cristóbal hubo una importante inversión, pero para continuar las operaciones y montar una nueva planta se colocará más capital. “Es un mensaje para todas las empresas medianas que puedan llegar y mostrar que hay potencial”, precisó.

Para Ramiro Paredes, especialista minero, la salida de Sumitomo en San Cristóbal y la llegada de otra empresa sólo representan una reposición de la inversión y una transferencia de acciones y se debe ver aún el tamaño de los nuevos dueños.

Llama la atención, dijo, que la compañía japonesa se vaya del país y hubiese aceptado la operación, si San Cristóbal genera utilidades. “Es posible que la expectativa de ganancia para los próximos años no era la más óptima”, subrayó.

En el caso de Silver Sand se debe esperar que el proyecto ahora ingrese a la etapa de factibilidad. Las expectativas son grandes por la nueva inversión.

“Aún no se puede adelantar si estos movimientos van a generar la llegada de nuevas inversiones. Fuera de la factibilidad económica y buenas cotizaciones, la seguridad jurídica es importante para el inversor”, apuntó.

Según Alfredo Zaconeta, investigador del Cedla, de concretarse la explotacion del yacimiento Silver Sand, habrá inversiones. “Ahora, para llegar a garantizar su valor con reservas probadas, falta mucho camino por recorrer, porque lo que la empresa New Pacific Metals Corp presentó son los resultados de la Evaluación Económica Preliminar (PEA) de su proyecto Silver Sand (Arena de Plata) y no así un estudio concluido o Estudio de Factibilidad que haga viable el desarrollo de un nuevo proyecto minero”, remarcó.

Agregó que el potencial minero del país es importante. Pero para llegar a la fase de explotación se debe superar las fases vinculadas a la fases geológicas, metalúrgicas, mineras, económicas, políticas y legales. Este extenso camino, como consecuencia de una falta de política minera clara y acorde al contexto boliviano, ha hecho inviable la actividad minera en los últimos 15 años, que ha ingresado en una debacle con en el agotamiento de los actuales yacimientos mineros.