El uso del mercurio y la “minería ilegal” de oro vulneran la Ley de Medio Ambiente de 5 maneras

El trabajo diario de la minería ilegal, especialmente con dragas y combustible también afecta la calidad del agua de los ríos, la flora y la fauna y daña los cultivos de las comunidades, entre otros perjuicios irreversibles.

El constante uso del mercurio en la minería “ilegal” aluvial de oro, principalmente en los municipios del norte de La Paz, además de Pando y Beni, afecta la Ley de Medio Ambiente –del 27 de abril de 1992- de cinco maneras, tanto al humano como a la naturaleza.

Las cinco formas de vulneración son: daña la calidad del agua de los ríos donde trabajan las dragas o donde se bota el mercurio ya manipulado –ya que no es reutilizado- (1); afecta a los suelos de las riberas de los ríos, por los derrumbes que provocan las maquinarias (2); daña la fauna y la flora de los ríos (3); impacta negativamente a la salud de las comunidades indígenas (4); y perjudica la vida y tradiciones de las poblaciones (5).

La información fue proporcionada a ANF por el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) –institución que trabaja en la promoción de los derechos humanos y asesoramiento de los pueblos indígenas y otros- luego de realizar un estudio en 2022 en el que investigó sobre los daños y consecuencias del uso del mercurio y la minería aluvial de oro en las comunidades cercanas al río Madre de Dios.

“Tenemos una deuda pendiente  a nivel institucional y normativo en el reglamento para las actividades mineras (https://acortar.link/pADYNH), y que tiene vigencia desde 1997. Este reglamento establece la intervención del Estado en el ámbito del control ambiental. Este reglamento tiene ciertas limitaciones que generan impactos al medio ambiente y que no tiene las posibilidades de ser medibles. No existen elementos concretos para un manejo de este metal que impide que se pueda realizar un mejor seguimiento a las actividades mineras”, señaló Miguel Vargas, presidente del CEJIS.

La Ley de Medio Ambiente establece que el aire, el agua, la atmósfera, el suelo, las tierras forestales y los bosques, la flora y la fauna silvestre, los recursos hidrobiológicos, las áreas protegidas, los recursos energéticos, los recursos minerales, la población y el medio ambiente, entre otros constituyen prioridad nacional para su planificación, protección y su conservación.

“Las operaciones extractivas mineras, durante y una vez concluidas su actividad deberán contemplar la recuperación de las áreas aprovechadas con el fin de reducir y controlar la erosión estabilizar los terrenos y proteger las aguas, corrientes y termales.El Ministerio de Minería y Metalurgia, en coordinación con la Secretaría Nacional del Medio Ambiente, establecerá las normas, técnicas correspondientes que determinarán los límites permisibles para las diferentes acciones y efectos de las actividades mineras”, se lee en los artículos 71 y 72 de esta normativa nacional

ANF publicó el 31 de marzo el reportaje “Mercurio: el veneno de venta libre, falta de seguridad y contrabando” (https://acortar.link/ToyhoE). Se pudo comprobar que su venta es libre, sin ningún tipo de control ni seguridad, que una parte del metal que ingresa al país para las actividades auríferas sale a otros países como contrabando, que existen varias tiendas en la ciudad donde se comercializa el mercurio en diferentes cantidades y que en esas mismas tiendas se puede separar el oro de otras partículas, provocando emisiones de vapor contaminantes.

DAÑOS AMBIENTALES

La afectación a la calidad del agua del río, se da porque hay presencia de sólidos suspendidos totales y de aceites y combustibles, las balsas que extraen el oro funcionan por el método de succión, este proceso crea remolinos que enturbian el agua del río, por ende hay más presencia de sólidos suspendidos, es decir cantidad de residuos retenidos en el agua.

“La presencia de sólidos suspendidos en el agua hace que el sol no llegue al fondo del río, y no deja que crezcan las plantas que comen los peces, afectando así al ecosistema acuático del río Madre de Dios”, indica el estudio.

Asimismo, la cantidad de aceites y grasas que se utilizan o botan las dragas y maquinarias que usan en el Madre de Dios están muy por encima de lo debido. Los aceites y las grasas no se disuelven en el agua, cubren grandes superficies del río, e impiden el libre paso del oxígeno que necesitan las plantas y todos los animales que viven en el agua.

Los suelos de las riberas del río son afectados porque provocan derrumbes. Los derrumbes ocasionados por las actividades mineras ocasionan pérdidas de suelo fértil apto para la agricultura, poniendo en riesgo la subsistencia de las comunidades.

“Con la minería aluvial del oro se libera mercurio al ambiente. Este mercurio, que es muy venenoso, se acumula y se dispersa en las plantas y los peces que después comen los comunarios”.

Los daños en la salud de las personas por el consumo del mercurio a través de los pescados –que ya poseen metilmercurio- provoca malformaciones durante el embarazo, problemas neurológicos, daño en los riñones, daños cerebrales, ceguera, debilidad muscular, entre muchas otras.

Según Loayza, el veneno se concentra más que todo en la cabeza del pescado y las comunidades afectadas, como los Ese Ejja que según estudios de la Fundación Construir tienen niveles de hasta 6,9 pmm (parte por millón) – según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cuerpo humano tolera hasta una parte por millón de mercurio en la sangre-.

Los indígenas de comunidades que viven en las riberas de ríos contaminados consumen pescado, especialmente las cabezas preparadas en caldos.

Pese a que Bolivia se encuentra en la lista de los países signatarios del Convenio de Minamata, desde que ratificó en 2015, contrariamente se produjo una explosión en la importación de mercurio.

“No hay un cumplimiento de esta norma. Es muy importante decir que este convenio lo que busca es tratar de limitar la importación y el uso del mercurio en la pequeña minería para la extracción del oro y esto es lo que realmente no se está cumpliendo. La ley del Medio Ambiente tampoco se cumple porque se establece que no debería hacerse daño o por lo menos debería hacerse un uso responsable y un uso adecuado”, dijo Marco Loayza, coordinador de proyectos de Fundación Construir.

En una anterior entrevista, el ministro de Minería y Metalurgia, Ramiro Villavicencio, indicó que están elaborando un plan de trabajo para generar políticas de control de la contaminación y para dejar de utilizar este elemento en la minería artesanal. Esto también depende de que la minería aurífera acepte utilizar otros métodos de extracción o separación más gentiles con la naturaleza “definitivamente el mercurio tiene que salir del proceso productivo del oro”.

“El impacto del utilizar el mercurio es enorme, pero es difícil de medir, no es que esa persona se ve evidentemente enferma, no es que va a estar tosiendo o va a tener alguna dolencia, la intoxicación produce problemas de aprendizaje en niños, problemas de crecimiento, problemas en el sistema nervioso. En el marco de Minamata, Bolivia debía haber ejecutado años atrás (el plan), había el compromiso, de todos modos creo que es un buen avance, en la medida que se cuente con ese plan debería orientar esa acción para mejora el uso del mercurio”, manifestó Jordi Surkin, director de conservación WWF Bolivia.

LA MINERÍA ILEGAL VULNERA SEIS DERECHOS FUNDAMENTALES

De acuerdo con el estudio del CEJIS, el impacto de la minería aluvial ilegal del oro y el uso del mercurio también vulneran los derechos principales de todo ser humano y que están expresados incluso en la Constitución Política del estado (CPE), como son el derecho a la vida, a la salud, a la de acceder al agua, el de vivir en un ambiente sano, el de decidir en base a las propias culturas de las comunidades, entre otros.

Loayza considera que la tardanza en elaborar este el plan es político, ya que el sector minero aurífero es uno de los más beneficiados por el Gobierno, incluso no paga impuestos, solo hasta el 2,5% de regalías, siendo que según la Ley de Minería y Metalurgia, el porcentaje alcanza hasta el 7%.

“Ni siquiera beneficia al Estado, solo al sector minero aurífero minero. Otra cosa sería que el Estado recibiera un 10% de lo que explotan, la minería aurífera gana $us 2.000 millones al año y de eso ni siquiera el 4% llega la Tesoro General del Estadio, es más un tema político que económico. Es un sector poderoso que tiene hasta asambleístas”, dijo.

Publicado en: ANF