Autores de la minería irresponsable deben pagar por el daño a comunidades indígenas

Una vez más, líderes alzan su voz de alarma ante los efectos colaterales que deja la minería irresponsable en las comunidades indígenas de La Paz. Sostienen que las actividades auríferas sin control atacan cada vez más a los pueblos, dañando la salud y los recursos naturales de forma irreversible. Piden al Estado hacer cumplir la Constitución Política del Estado (CPE) para garantizar un ambiente sano y preservar la vida de los pobladores.

El debate sobre este tema está reflejado en la propuesta denominada “Participación de indígenas en la minería del oro” que es parte del ciclo de conversatorios Mi querida Amazonía y la Minería del Oro, una iniciativa de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Agencia de Noticias Fides (ANF) y radio San Miguel.

En el evento que se desarrolló el miércoles participaron el secretario de Tierra y Territorio Indígena Tacana II, Santos Cáceres, el presidente del pueblo Indígena Leco y Comunidades Originarias de Larecaja, Armin Avirari y el vicepresidente de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cpilap), Lino Illimuri. La moderación del evento estuvo a cargo de Miriam Jemio, periodista especializada en medioambiente.

Durante su intervención, Illimuri remarcó que los autores de la minería irresponsable deben pagar por todo el daño que genera la actividad extractivistas relacionado al medioambiente y la salud de las comunidades indígenas.

“Hay que buscar responsables, los que dañan al medioambiente y la salud de los indígenas, los responsables deben pagar por todos los daños que están ocasionando, no solo es pensar en hacer actividades mineras de manera irresponsable, olvidándonos de los hermanos indígenas que están abajo, consumiendo el agua, el líquido elemento”, señaló.

También recordó al Estado que “no tiene que olvidar que hay comunidades que no tienen agua y que su única fuente son las riberas del río”.

El líder indígena hizo referencia a un protocolo que realiza el Ministerio de Salud para intervenir las regiones dónde hay contaminación de mercurio por la actividad minera. Sin embargo, agregó que no fueron invitados para coordinar.

“El Ministerio de Salud está trabajando en un protocolo para intervenir en los lugares, donde estamos denunciando la alta contaminación de mercurio, sabemos que están trabajando. Nosotros pedimos que debe haber coordinación con organizaciones que representamos a las comunidades indígenas. Seguramente nos convocarán”, indicó.

Illimuri aseveró que su organización presentará estudios sobre la contaminación y los efectos colaterales de la minería en diferentes regiones.

“La contaminación de los ríos afecta la salud por el excesivo uso de mercurio, en los estudios que realizamos como Cpilap, vimos que hay alto índice de mercurio de nuestros hermanos indígenas. Se hizo estudios en cinco territorios indígenas y en varios ríos que es donde se ha podido ver como resultado estos altos índices como los chimanes”, alertó.

Lamentó que el Gobierno no haga nada para que se cumpla con la Constitución Política del Estado (CPE) para garantizar un ambiente sano y no se atente contra la existencia de los pueblos indígenas.

Mientras, que el presidente del Pueblo Indígena Leco y Comunidades Originarias de Larecaja, Armin Avirari, dijo que se debe modificar la Ley Minera y pedir permiso a los indígenas para autorizar la aprobación de cuadrículas

“Siempre debe hacer la consulta previa porque desde el gabinete la AJAM entrega sus áreas mineras en cuadrículas y sobre la modificación de la Ley Minera se tiene que modificar para que nosotros seamos consultados antes que otras cooperativas aparezcan con cuadrículas y creo que nosotros como indígenas somos dueños del territorio y para uso del suelo tenemos que ser consultados”, aseveró Avirari.

Alertó que solo el 40% de los indígenas realizan actividad minera pero de forma manual y de manera responsable, no con maquinaria como los cooperativistas. También precisó que en un 10% se utiliza el mercurio y no se asemeja a otras extracciones de alto nivel.

“Un 40% de las comunidades asentadas en las orillas del río Mapiri gozan de esta actividad y otras, el 60 % están más arriba no se dedican a la actividad minera, están más con la ganadería, agricultura”, añadió.

Avirari reconoció que los pueblos indígenas que incursionaron a la minería lo hicieron pensando que su futuro iba a mejorar sustancialmente con la explotación del oro, pero después de una década solo se dieron cuenta que “no ha sido tan bueno” dedicarse a esta actividad extractiva.

“Lo único bueno es que mañana una vida nos va a sonreír mejor y las consecuencias lo hemos vivido quizás destruyendo la cultura, los ríos y las playas en las que crecimos, hoy en día esas playas ya no existen, en las orillas donde había plantas frutales, ya no lo tenemos” cuenta en tono melancólico.

Por su parte, el secretario de Tierra y Territorio del Territorio Indígena Tacana II, Santos Cáceres, lamentó que en el río Madre de Dios hace 20 años no había balsas y actualmente están crecieron bastante lo que amenaza al sector.

“Aquí en el territorio sobre la ribera Madre de Dios, hace 20 años atrás no había tanta balsa, era unas cuantas, y antes se hacía con carretilla y su batea y de un tiempo acá las balsas han crecido bastante, no existe oro en el caudal del río”, remarcó.

Publicado en: ANF