Prevén $us 327 millones menos por venta de gas y $us 406 millones más por subsidio de combustible
La teoría económica indica que toda disminución de ingresos debe estar acompañada de una reducción de gastos. Pero eso no ocurre en Bolivia, cuyo presupuesto muestra que, en relación con este año, el país recibirá en 2023 unos $us 327 millones menos por las exportaciones de gas, mientras que la subvención al sector hidrocarburos aumentará al menos en $us 406,3 millones.
Las exportaciones de gas en 2023 generarán $us 2.672,8 millones, cantidad menor a los $us 3.000 millones previstos para 2022; mientras que los subsidios al sector demandarán de $us 1.098 millones el siguiente año, cuando lo proyectado para esta gestión era de $us 691,7 millones.
El Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 refleja la declinación de la producción nacional gasífera, que ha pasado de 60 millones de metros cúbicos día (MMm3d) en 2015 a 38 MMm3 a octubre de 2022, indicó Raúl Velásquez, analistas en hidrocarburos y energías de la Fundación Jubileo
“Todo hace prever que el país no va a poder vender los volúmenes que exportaba hace años. En octubre, por ejemplo, se estaba exportando a la Argentina 7 MMm3d, cuando originalmente se tenía previsto exportar 23MMm3d. Y este mes hemos tenido un problema incluso con el envío de esos 7 MMm3d”, dijo.
Esta disminución de ingresos por la venta externa de gas y otros significa menos recursos para el Gobierno, gobernaciones, municipios, universidades y fondo indígena. “Lo que debería hacerse es reducir los gastos en ese (mismo) monto”, dijo Germán Molina, miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.
“No sabemos de dónde van a sacar los recursos para la subvención a los hidrocarburos”, cuestionó el analista Gonzalo Chávez.
“Bolivia tiene problemas en la producción de gas, a pesar de que actualmente hay un contexto internacional favorable a los precios del barril de petróleo, que ha estado bordeando los $us 100 y hoy está en 90”, indicó Velásquez.
El sector de los hidrocarburos es una fuente de ingresos muy importante para el país, ya que en 2015 no solo comenzó a caer la producción de gas de Bolivia, sino que el país retornó al déficit fiscal, recordó el investigador. “Los ingresos que genera el mercado interno no han llegado a cubrir los gastos que el Estado realiza con los recursos provenientes del gas”.
Baja la inversión, las exportaciones de gas y otros indicadores. Así, ¿cómo pensamos crecer? Ese resultado no tiene fundamentos económicos”, expresó Molina.
Chávez señaló que, sin una evaluación del PGE 2022, el PGE 2023 se convierte en “una lista de buenos deseos, sin fundamento macroeconómico y descontextualizada de la crisis que vive el país”.
Publicado en: El Deber