El ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, informó que se prevé iniciar actividades exploratorias de perforación de pozos en la cuenca Madre de Dios para que esa zona se convierta en el “futuro” de los recursos hidrocarburíferos.

“En Beni, tenemos proyectos de sísmica en río Beni y de geoquímica en la cuenca Madre de Dios. Tenemos 717 kilómetros de sísmica 2D, 208 millones de bolivianos y 32 TCF (trillones de pies cúbicos) de gas asociado, estimado al 1 por ciento de eficiencia de la cuenca (…). Se determinarán entrampamientos, que una vez que hayan sido identificados se va a poder perforar”, afirmó Sánchez.

En la Rendición Parcial 2017 de Cuentas del Ministerio de Hidrocarburos en Beni, Sánchez informó que “a corto plazo” se comenzará a realizar la perforación de pozos en esa zona con la seguridad de que la exploración será exitosa.

“El presente y el futuro será la cuenca Madre de Dios y la cuenca Madre de Dios es La Paz, Beni y Pando, imagino que, en los próximos años, y no estoy hablando de cinco años, sino mucho menos, a corto plazo, podremos empezar hacer actividades de perforación de pozos y estamos seguros que vamos a tener éxito”, dijo.

Sánchez explicó que colindante al proyecto boliviano, en el lado peruano, se encuentra uno de los campos más importantes de producción de gas, Camisea, asociado a la cuenca Madre de Dios.

“YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) en los últimos meses ha firmado un acuerdo de confidencialidad para trabajar toda esa información con la empresa que es la operadora de Camisea, que es Pluspetrol”, afirmó.

En septiembre de 2016, gritos desde la profundidad de la selva amazónica, de indígenas supuestamente no contactados de un pueblo en situación de aislamiento voluntario, dieron la luz roja sobre su presencia a los técnicos de la compañía china BGP, encargada de ejecutar tareas de exploración sísmica en busca de hidrocarburos en la cuenca Madre de Dios, y esa situación los obligó a la reubicar sus equipos de topografía.

Meses después, la estatal YPFB, a través del expresidente, Guillermo Achá, negó la existencia de un supuesto pueblo no contactado en la Amazonía boliviana, y advirtió que las tareas de exploración sísmica en busca de hidrocarburos continuarían sin cambios.