FMI anticipa una caída más profunda en la producción de hidrocarburos de Bolivia

El organismo internacional prevé que el costo de los subsidios para mantener fijos los precios de los combustibles aumentarán del 1,5% del PIB en 2021 al 3,7% en 2022

“La disminución de la producción de gas natural (de Bolivia) puede ser más aguda de lo anticipado, particularmente si fracasan los actuales esfuerzos de exploración para generar depósitos rentables”, considera el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe sobre el país.

La matriz de evaluación de riesgos de la financiera global establece además una probabilidad “media” de que no se descubran nuevos yacimientos de gas. “La producción de los campos existentes está declinando y el éxito de las actividades de exploración en curso es incierto”, indica el Fondo, en un documento publicado el 1 de noviembre.

El informe va en línea con lo señalado por expertos bolivianos en la materia, que observan una persistente reducción de la producción nacional de hidrocarburos y un constante incremento de las importaciones de combustibles. Esta situación, coinciden, se debe enfrentar con una nueva ley que modifique el régimen fiscal para el sector y que permita acciones urgentes para mantener el abastecimiento de combustibles.

“Con elevados tributos para explorar y con elevados subsidios al mercado interno no es posible hacer exploración” en Bolivia, aseveró Álvaro Ríos, ex ministro de Hidrocaburos.

El Instituto Nacional de Estadística reportó que la obtención de petróleo condensado (que se extrae del gas) se redujo en 39% en los últimos siete años, de 18,43 millones de barriles en 2015 a 11,43 millones de barriles el año pasado. De forma paralela, el valor de las importaciones de combustibles se disparó en los últimos seis años, de $us 655 millones en 2016 a $us 2.120 millones en 2021.
Este año, según proyecciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), este monto ascenderá a $us 3.000 millones.

El FMI prevé en su informe que el costo de los subsidios a los combustibles aumentará de aproximadamente el 1,5% del PIB en 2021 al 3,7% del PIB en 2022.

Para el analista Francesco Zaratti, esta situación es insostenible por tres razones. La primera es que la producción de hidrocarburos ha caído porque las empresas capaces de realizar inversiones de riesgo en exploración “se han ido de Bolivia con la nacionalización”.

“Las que quedaron se dedicaron a explotar y monetizar las reservas de antaño. Revertir ese fenómeno no es simple ni inmediato”, explicó.
La segunda es que el consumo de gasolina y diésel se incrementa constantemente, porque la economía crece y se internan más vehículos y máquinas.

Sobre el tema, el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, en entrevista con EL DEBER, dijo que hace muchos años atrás la importación de combustible no era lo que es ahora. Pero el crecimiento del país, la economía, del agro en Santa Cruz es algo que va a subir, y el consumo también. Y sí, los campos tienden a bajar, es obvio que la brecha seguirá aumentando y es ahí donde se tiene que atacar. “Creo que en el norte del país hay un potencial gigante para el crudo, pero eso no es algo que para el 2023”, sostuvo.

Reposición de reservas

La tercera es que el costo del barril de petróleo, junto a los márgenes de refinación, ha llegado a valores superiores a la media de los últimos 20 años.

Esto representa una sangría de divisas para el Estado que ya no puede ser cubierta con los ingresos de exportación de gas.

En mayo, YPFB informó que tiene en curso 28 proyectos de exploración.
Estas áreas “tienen gran potencial en gas y petróleo”, sostuvo el Ministerio de Hidrocarburos.

En ese marco, en septiembre, el Legislativo aprobó la suscripción de cinco nuevos contratos que viabilizan la exploración y explotación en las áreas del Pie de Monte de Santa Cruz, el Chaco chuquisaqueño y el Chaco tarijeño.

Así, YPFB suscribirá contratos con las compañías Canacol Energy Colombia y Vintage Petroleum Boliviana, para que trabajen en las áreas de Ovai, Florida Este (Santa Cruz), Carandaiti (Chuquisaca), Sayurenda y Yuarenda (Tarija).

Publicado en: El Deber