En 2022 la producción de gas y líquidos cayó a los niveles más bajos de los últimos años

La producción de líquidos fue de 37.000 barriles día, la más baja desde 2006; y la de gas disminuyó a 41,3 MMmcd. La producción de úrea marcó un récord al igual que los ingresos.

La producción de líquidos en 2022 cayó a su nivel más bajo desde 2006 y alcanzó los 37.000 barriles día, mientras que la producción de gas natural descendió a 41,3 millones de metros cúbicos día (MMmcd), según los datos expuestos por el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armín Dorgathen, en la audiencia de rendición pública de cuentas final del sector hidrocarburos.

El descenso se da en un contexto donde el país importa más gasolina y diésel con un costo millonario por el alza del precio del petróleo y donde el Estado debe destinar más de 4.000 millones de dólares a la subvención. Aunque la buena noticia fueron las ventas históricas de úrea y la sustitución plena de las importaciones de este fertilizante.

“La producción de gas natural, claramente hay una declinación de campos desde 2014. Tenemos reservorios fracturados que tienen el 85% de las reservas, las cuales están en declinación”, apuntó el presidente de YPFB.

Dorgathen también reconoció la caída en la producción de líquidos, pero adelantó que se han reactivado incentivos para revertir la tendencia. Es así que se comenzó la perforación del pozo Boquerón que junto a otros proyectos permitirán, dijo que se puedan producir de 600 a 700 barriles diarios. Con la subsidiaria Chaco a su vez se desarrollan los proyectos Patujú, Los Cusis o Yayarta. “Con la exploración el objetivo es aumentar las reservas de hidrocarburos líquidos”, remarcó.

En 2014 Bolivia llegó a producir 63.090 barriles de líquidos por día y al año siguiente 60.810 barriles día, pero desde 2016 comenzó la declinación gradual.

En el caso del gas natural, en 2014 se llegó a producir 59,6 MMmcd, al año siguiente 59,2 MMmcd y en 2016 hasta 56,6 MMmcd, pero desde entonces la disminución de la oferta fue constante.

La subvención a los carburantes y alimentos el año pasado alcanzó un valor de 1.500 millones de dólares, según informó el Ministerio de Economía en diciembre.

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La importación de combustibles el año pasado fue la más alta de los últimos años al registrar un valor de 4.365,4 millones de dólares, un 94% más que en la gestión 2021 para satisfacer la demanda nacional.

Plan de exploración

Para mejorar la producción de gas y líquidos, en 2022 se inició la perforación del pozo Mayaya Centro X1 IE, del pozo Yope X1, y las obras civiles, acceso y planchada del pozo Yarará X2, del pozo Chané X1, del pozo Bermejo.

En el caso del pozo Iñau X3D, se tiene el contrato formado para el inicio de obras civiles, camino de acceso y planchada y lo mismo sucede con el pozo Yapucaiti-X1, de acuerdo con YPFB.

Producción de úrea

Dorgathen destacó que la producción de úrea llegó a 364.000 toneladas el año pasado, un 10,2% de incremento sobre el volumen extraído en 2019 en la Planta de Amoniaco y Úrea (PAU), que opera al 100% de su capacidad. “Esto consolida a Bolivia como el principal proveedor de úrea granulada en la región”.

La PAU reinició operaciones en septiembre de 2021 y desde entonces la producción ha sido más estable. Se prevé que este año se alcance entre el 90% y el 100% de su potencial productivo.

Los ingresos generados por la comercialización de úrea llegaron a 228,7 millones de dólares y, según YPFB, con esto se logró equiparar a los recursos obtenidos entre 2017 y 2021, y se aprovecharon los buenos precios internacionales.

Bolivia importaba un promedio de 14.600 toneladas métricas hasta 2016 con un crecimiento interanual de 12,1%, pero el presidente de la estatal petrolera destacó que desde 2017 se comenzó a revertir esa tendencia. “La política del presidente Luis Arce es la Sustitución de Importaciones, como YPFB estamos en ese barco y el año pasado la PAU ha logrado un hito muy importante, se han sustituido las importaciones plenamente y son 66.000 toneladas producidas y consumidas en el mercado interno”, subrayó Dorgathen.

El ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, informó que en la actualidad, se realizan estudios para instalar la segunda planta de amoniaco y úrea, que se prevé costará 1.290 millones de dólares, la cual permitirá cubrir la demanda interna creciente del fertilizante e incrementará los ingresos por exportación del producto.

La industrialización

Sobre los avances en la implementación de plantas para la producción de biocombustibles, la autoridad señaló que ya está en marcha el proyecto de la Planta Biodiésel 1. “La planta demandará una inversión de 387 millones de dólares. Esta planta reducirá la importación de ese producto y generará un carburante más limpio y amigable con el medio ambiente. También disminuirá la dependencia del petróleo crudo, utilizando aceites vegetales como materia prima”, resaltó.

Respecto a la industria petroquímica, Molina manifestó que en la gestión 2022 se concretó la firma de contrato para la construcción de la Planta de Producción de Fertilizantes Granulados Cochabamba, también llamada planta NPK, entre la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH) y la empresa constructora Sur Energy SRL.

Esta planta tendrá una capacidad de producción 60.000 toneladas métricas (TM) por año, fortalecerá al sector agropecuario nacional, reducirá los costos de producción, evitará la fuga de divisas y garantizará la soberanía alimentaria.

Publicado en: Página Siete