Mancomunidad de comunidades indígenas exige al Gobierno cancelar la construcción de hidroeléctricas
La Mancomunidad de Comunidades Indígenas de los ríos Beni –Tuichi- Quiquibey exige al Gobierno, a través de un pronunciamiento, cancelar la construcción de centrales hidroeléctricas de El Bala, Chepete, Riberau, Cachuela Esperanza, Rositas entre otros, y frenar proyectos extractivistas que amenazan a los pueblos indígenas y sus territorios.
“Hemos vivido bajo amenaza desde la declaración como prioridad nacional a las construcciones de las mega represas El Bala- Chepete, mediante decreto supremo 29191 de 14 de julio de 2007. Para los varios estudios para estas construcciones, jamás nos han consultado como lo establece la Constitución Política del Estado en su artículo 30 y los Convenios Internacionales como 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La Mancomunidad advierte que la realización de los estudios complementarios y la puesta en marcha de dichos proyectos de gran magnitud, no puede ser permisible por sus efectos directos a territorios de pueblos y naciones preexistentes, que son parte fundamental del Estado, y no puede haber desarrollo para el país “sacrificando y extinguiendo a nuestros pueblos y la gran biodiversidad que acogen en sus entornos”.
“Se debe anular la ampliación de la frontera agrícola de millones de hectáreas en la parte oriental de nuestro país; consideramos que estas medidas son atentatorias a nuestros pueblos, al medio ambiente, principalmente a la agudización de la crisis climática ambiental”, señala la Mancomunidad en ocasión del Día Internacional de Acción Contra las Presas y a Favor de los Ríos, el Agua y la Vida.
“Nuestra posición de desacuerdo tiene que ver también con el uso de fracking en la exploración petrolera, la minería descontrolada en los territorios indígenas y las áreas protegidas, la explotación maderera en el oriente boliviano, las prácticas irrespetuosas con que se conducen los ciudadanos chinos y otros en relación a nuestra flora y fauna”, señala el pronunciamiento.
En ese marco exigen el respeto y la seguridad de vida, de las verdaderas defensoras y defensores de la naturaleza, de la madre tierra, de los derechos humanos, de los pueblos indígenas, derechos de las mujeres, los ríos, el agua y la vida.
“Protestamos por las diferentes amenazas de proyectos que se quieren llevar adelante en diferentes lugares, como Rositas, con su complejo de ocho represas en la cuenca del Río Grande, la binacional Riberau y Cachuela Esperanza en la cuenca del Río Beni, junto a El Bala y Chepete”, cita el documento.
Publicado en: Brújula Digital