La Época • México y Colombia en la disputa entre EE.UU. y China

El contexto de guerra comercial entre China y Estados Unidos (EE. UU.), las dos principales potencias económicas mundiales (las cuales concentran el 40% del PIB mundial), tiene múltiples repercusiones a nivel internacional, incluida América Latina. Como hemos mencionado en otros informes, América Latina y el Caribe es una región en disputa por sus recursos estratégicos, su geografía y los intereses geopolíticos de EE. UU. y China.

Hace algunas semanas, el presidente de Colombia, Iván Duque, realizó una visita de alto nivel a China en la cual se promovió la inversión y se firmaron acuerdos de cooperación. Si bien México no cuenta con un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, es ya su segundo socio comercial. La renegociación del ahora T-MEC (antes TLCAN) podría cerrar la posibilidad de la firma del TLC con China. Tanto México como Colombia son países que tienen una cercanía política, económica y de seguridad con EE. UU. En el caso de México, una frontera común; en el caso colombiano, una cercanía geopolítica y estratégica en materia de seguridad. Se suma, además, el anuncio de una fracción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de continuar con la vía armada ante el incumplimiento de los Acuerdos de Paz de la Habana por el Estado colombiano, decisión con importantes implicancias políticas y militares.

Esta creciente presencia de China no implica un cambio en el modelo primario-exportador o de maquila que caracteriza a Colombia y México, pero sí abre ciertas expectativas al presentar un desafío para EE. UU. en dos países que son “aliados preferenciales” (o subordinados) desde hace décadas. Esto habilita el juego y diversifica las relaciones comerciales y financieras, y con ello va modificando el escenario geopolítico.

México y Colombia en la geopolítica de EE. UU.
Ambos países cuentan con un TLC con EE. UU. México lo firmó en 1994 y recientemente lo renovó (T-MEC). Colombia firmó el TLC en 2006. La estructura económica de ambos países continúa una vía en la que se acentúa la dependencia económica histórica, sobre todo en agroexportaciones y manufacturas.

En seguridad, ambos están subordinados militarmente. En el caso de Colombia, la firma del Plan Colombia en el 2000 implicó la asistencia militar, acuerdos para instalar bases militares y, por último, la entrada a la OTAN. Para México, la ASPAN (2005) y la Iniciativa Mérida (2007) implicaron mayor cooperación en seguridad, entrenamiento militar y mayor inversión estatal en seguridad, y el modelo a seguir fue el Plan Colombia. Ambos países tienen miles de desaparecidos a raíz de la guerra contra el narcotráfico, millones de desplazados, crisis de derechos humanos y los militares de ambos países concentran importante poder político y siguen realizando tareas de seguridad interior.

A continuación, presentamos los principales acuerdos comerciales, en materia de seguridad y las áreas estratégicas en donde EE. UU. se encuentra en ambos países.

Colombia y México: acercamiento a China
México y Colombia han recibido poca inversión estatal china, factor que llama la atención al considerar el tamaño y la importancia de estas economías en la región, pero que se explica, en gran medida, por la cercana relación con EE. UU. Sin embargo, ambos países han tenido mayores acercamientos a China en los últimos años. En el caso de México, la relación incluye el financiamiento de un proyecto, vía el EXIMBANK de China, de cooperación en materia cultural. En el caso colombiano, la relación ya cuenta con la firma de un convenio de cooperación. En ambos casos, las principales exportaciones son de commodities, minerales y petróleo crudo.

Conclusiones
México y Colombia son dos casos en los cuales el acercamiento económico a EE. UU. mediante TLC y la firma de planes de seguridad y lucha contra el narcotráfico han configurado las economías de estos países, ambos con problemas internos derivados de la guerra contra el narcotráfico en clave militar.

La entrada de capital chino en ambos países es menor, comparándola con la de EE. UU.; sin embargo, en los últimos años se aceitaron los vínculos económicos. Desde el punto de vista geopolítico, China será cada vez más importante para los países latinoamericanos, lo que pone en alerta a EE. UU., que históricamente ha considerado a la región como un territorio vital para mantener su hegemonía. La guerra comercial entre China y EE. UU. y la forma particular de gobernar de Donald Trump han dejado, en el caso de México, restricciones y amenazas materializadas en cláusulas comerciales que restringen el comercio con “economías no consideradas de mercado” y la continuación de políticas de seguridad, como en el caso de la migración. En el caso de Colombia, en la profundización de la dependencia estructural, la militarización del país y subordinación a los mandatos imperiales en contra de sus vecinos.

Por todo lo anterior, podemos esperar que EE. UU. profundice sus políticas imperialistas y que China siga intentando aumentar su presencia e influencia en la región, como lo ha hecho con Venezuela, Brasil y Argentina. Esta mayor presencia china no implica un cambio en el modelo primario exportador y de maquila que caracteriza a estos países, pero sí abre ciertas expectativas de cara al contrapeso que hace a la fuerte presencia estadounidense, no sólo en Colombia y México sino a nivel regional. Los vínculos comerciales inauguran relaciones bilaterales y las van reforzando, trayectoria que podría generar acercamientos en materia de seguridad en un futuro (y eso sí que podría amenazar seriamente la hegemonía estadounidense).

Fuente: http://www.la-epoca.com.bo/2019/09/05/mexico-y-colombia-en-la-disputa-entre-ee-uu-y-china/