EXCLUSIVA ANF: MINISTERIO DE MINERÍA INVITÓ A SIETE EMPRESAS CHINAS PARA EL MUTÚN
César Navarro informó que el proyecto sería ejecutado con crédito –posiblemente- de China. Se producirá acero de construcción para el mercado interno. Sobre Huanuni dijo que su situación sigue compleja y “al borde” de la quiebra. En 15 días se entregará el proyecto de jubilación.
La Paz, 31 de mayo (ANF).- César Navarro sigue amable y sereno, podríamos decir que no cambió mucho desde su paso por la Cámara de Diputados y el Viceministerio de Coordinación con los Movimientos Sociales, excepto las responsabilidades que tuvo que asumir como Ministro de Minería y Metalurgia. Su teléfono no deja de sonar y suspende la entrevista una sola vez. La ANF conversó con el Ministro sobre diversos temas: el proyecto del Mutún, Huanuni y San Cristóbal.
En 2007, el gobierno de Evo Morales firmó con la empresa india Jindal Steel and Power, un contrato para hacer una inversión millonaria en la explotación del hierro de la mina Mutún el que fue calificado como el más importante de la historia minera del país. A casi ocho años, el Ministro reconoce de las “frustraciones”, advierte que producirá solo para el mercado interno y ve imposible competir con los “monstruos” de siderurgias que hay en Brasil y Argentina. De todas maneras, habrá planta y la construcción empezará este 2015, para eso hicieron “invitaciones directas” a siete empresas chinas.
Huanuni es otra de las preocupaciones pues continúa “al borde de la quiebra”, sigue con el doble de trabajadores de lo que requiere para ser eficiente, con el proyecto de ley de jubilación pretenden reducir al menos 350 trabajadores, al norma la entregarán en 15 días. Admite que es complejo diseñar la nueva escala salarial.
ANF: Se generó muchas expectativas con la Empresa Siderúrgica el Mutún, pero parece más un proyecto fracasado ¿o no?
César Navarro (C.N.): Cuando se lanzó el proyecto con un consorcio privado boliviano-brasileño la EBX estaba destinado a la depredación ambiental, porque la energía que pretendía ser utilizado era el carbón vegetal eso implicaba una depredación intensiva. Lo que podía generar ciertos ingresos económicos, también podía convertirse en un serio daño ambiental.
ANF: ¿Pero no se midió eso con un proyecto de factibilidad?
C.N: Nunca hubo proyecto de factibilidad, lamentablemente. Para superar este hecho el gobierno estableció una nueva relación con la empresa Jindal Steel and Power, con una inversión que debía superar los 2.000 millones de dólares, pero la empresa no cumplió el cronograma que propuso, por eso el Estado se vio obligado a tomar acciones legales con la ejecución de las boletas de garantía de la Jindal. Esa es parte de la historia de la frustración.
La Empresa Siderúrgica Minera (ESM) ha estado trabajando con recursos del Estado en extracción de carga mineral de hierro y buscando algún mercado. Yo diría que es una actividad simplemente de presencia institucional de la ESM en el Mutún.
Cuando nos hicimos cargo advertimos que no había un plan siderúrgico nacional. Hemos elaborado un plan.
ANF: ¿Cuándo elaboraron y en qué consiste?
C.N: El año pasado. Es un proyecto que permite comprender la importancia productiva, pero también las múltiples complicaciones y limitaciones. El mutún tiene como objetivo entregar acero de construcción y el mercado en Bolivia no es virgen, es un mercado casi lleno por acero argentino y brasileño. Por lo tanto es un proyecto de alta complejidad.
ANF: ¿Por qué avanzar en el emprendimiento sin proyecto ni plan siderúrgico?
N.C: Se tuvo que dar una respuesta ante el fracaso de la EBX. Se discutió incluso un directorio conformado por el gobierno nacional, departamental y municipal. En la misma Ley de Minería el Mutún depende del Ministerio de Minería y no tiene relación con la Corporación Minera de Bolivia (Comibol). Es un proyecto con muchos años de frustración regional, departamental y nacional. Se tomó la decisión y se firmó contrato con la Jindal, lamentablemente no pudo avanzar. No podíamos seguir en esta misma lógica. Por eso decidimos diseñar nuestro plan siderúrgico y en ese marco invitamos a empresas para que puedan implementar este proyecto en el corto plazo.
ANF: ¿En Brasil hay una gran siderúrgica no?
C.N: Hay mega campos. Las siderúrgicas existen en Argentina y Brasil.
ANF: ¿Será buena idea competir?
C.N: Ahí está el gran desafío. Brasil tiene un mercado con más de 150 millones de habitantes y Argentina supera los 30 millones y nosotros apenas llegamos a 10 millones. Primero, la industria de la construcción en relación a estos dos monstruos que tienen siderurgias es diametralmente distinta. Segundo, tenemos grandes empresas privadas nacionales que son importadores de acero.
ANF: ¿Cuánto pretenden producir?
C.N: Entonces el proyecto tiene que ver con producir los primeros años lo que requiere el mercado local.
ANF: ¿Solo el mercado local?
C.N: Es que no vas a poder competir en el mercado externo. Eso es ponerle una fantasía innecesaria.
ANF: ¿Es que esa era la idea no?
C.N: Eso podría ser en los próximos 10, 15 o 20 años. Porque importamos anualmente casi 300 millones de dólares en acero de construcción. La idea es producir acero de construcción de calidad y competitivo. Así ya no importamos. Eso significaría bajar los costos de construcción.
ANF: ¿En qué tiempo se producirá?
C.N: El proyecto de construcción va a demorar 30 meses y la puesta en marcha duraría otros 12 meses. Entre 3 o 4 años la empresa va estar produciendo acero de construcción que sea competitivo.
ANF: ¿Cuánto pretenden producir?
C.N. Planteamos que anualmente el proyecto trate 400 mil toneladas de hierro. Eso significaría sacar unas 150 mil toneladas de acero de construcción cada año. Y 100 mil toneladas de hierro esponja para la exportación a siderúrgicas externas.
ANF: ¿Hay mercado para el hierro esponja?
C.N: Tenemos mercado, la siderurgia internacional existe. Por eso estamos viendo dos fuentes de ingresos para hacer sostenible la empresa (…).
ANF: ¿Cuánto cuesta el proyecto?
Estamos hablando de una inversión mínima de 400 millones de dólares.
ANF: ¿El Estado va a financiar?
C.N: Esto posiblemente lo ejecutemos vía crédito.
ANF: ¿Qué empresas ingresarían a este proyecto?
C.N: Vamos a contratar a una empresa privada para que ejecute el proyecto, el que tendrá tres características importantes: que la planta siderúrgica sea entregada funcionando y produciendo; que el producto obtenido tenga grado comercial y competitivo; y que haya transferencia de tecnología y conocimiento (…).
ANF: ¿Cuándo lanza la convocatoria para que las empresas se presenten?
C.N: Ya se hicieron las invitaciones directas para que nos hagan propuestas y en base al plan siderúrgico los profesionales harán la evaluación y calificación.
ANF: ¿A qué empresas y cuántas se invitó?
C.N: Hemos invitado a siete empresas. Todas chinas
ANF: ¿Por qué siempre chinas?
C.N: Inicialmente se hizo a las chinas porque viene con la posibilidad de que el crédito sea chino. Pero se prevé que la certificación sobre la calidad de la construcción lo hará una empresa externa suiza. No tenemos plazos definidos para iniciar, pero el 2015, debe ser el año que se inicie este importante proyecto.
ANF: Y con la Jindal ¿en qué situación está el proceso?
En el arbitraje que nos hicieron, la ESM hizo la defensa de las dos primeras boletas y de la tercera boleta es la Procuraduría General del Estado que asume la defensa. Yo creo que en algún momento de este proceso podemos llegar a un entendimiento con la empresa. Lo más factible creo que tiene que ser la conciliación.
ANF: Pasando a la situación de Huanuni. ¿En qué está el plan de jubilación de los trabajadores?
C.N: Para mí Huanuni es el ejemplo más claro del círculo histórico de la política y economía del país. Primero fue comprada por Simón I. Patiño, luego por Patiño Mines, en 1952 nacionalizada, el 2000 entregada a la privatización de una empresa que quebró. Y el 2006-2007, en Huanuni hubo una respuesta política al conflicto entre asalariados y cooperativistas. Desde entonces hasta la fecha por el alto precio de las cotizaciones no se vio el efecto del costo labor en la producción. Ahí no hubo un seguimiento para ampliar nuevas áreas de trabajo. Ahora que bajó la cotización el costo labor se incrementó y pone en riesgo la viabilidad del proyecto. Una de las primeras decisiones es bajar el costo labor en un 20%. Y ese costo labor tiene que ver con una reingeniería de los ingresos por producción y por salario de los trabajadores. Hay una asimetría interna.
ANF: ¿Qué quieres decir?
C.N: Significa que hay compañeros que ganan más de 40 mil bolivianos y hay compañeros que ganan menos de 10 mil bolivianos.
ANF: ¿Y quiénes ganan más de 40 mil bolivianos?
C.N: Son los que trabajan en la zona de guía mina, que es una zona de producción de minerales cualificados, ya no hace falta ir al ingenio para concentrar sino directamente se va al horno de fundición de zinc y les pagan por producción y avance. También están los compañeros de selectiva. Pero los que trabajan en los talleres, ingenios y en la superficie tienen menos ingresos. Esto genera desequilibrios entre unos y otros. Existen no más de 30 compañeros que tienen este nivel de ingresos tan altos.
Acordamos que nadie puede ganar más de 25 mil bolivianos. Eso va generar un equilibrio interno. Primero fue resistido, al final fue asumido de manera positiva. Ellos mismos decían que hay una burguesía obrera.
También tiene que modificarse drásticamente la forma de los contratos, eso significa que hay unos precios de contratos, varios bonos y otro tipo de convenios por área de trabajo que lamentablemente ha generado una deformación. Es decir, hay compañeros que tienen 90 mitas en un mes, que han trabajado las tres mitas y los 30 días al mes, sin dormir un solo minuto. Eso no es nada lógico.
Lo que demuestra que su sistema de compensación por producción y producto no responde a una realidad y escala definida por la empresa. Por eso, una tarea es que estos tres meses desde la firma del convenio trabajemos una nueva escala salarial.
ANF: ¿Qué avances hay?
C.N: Estamos trabajando, pero es muy complejo. Que se adecue el costo labor al costo de producción en función de la cotización. Por eso acordamos que los ingresos tienen que tener tres características: producción, productividad y cotización. Se tiene que incrementar la producción si queremos mejorar los ingresos. Mejorar la producción, mejorando las condiciones de trabajo: aire, equipos, ramplas y otros. Y por último el ingreso tiene que estar en función de la cotización en el mercado internacional. No se puede pagar un sueldo con un estándar de cotización cuando éste baje y suba. Tiene que pagarse en función del valor de ese producto en el mercado internacional.
ANF: ¿Es posible regular bajo este criterio?
C.N: Se va a regular, se tiene que regular. Si no es quebrar la empresa.
ANF: ¿No está ya quebrada?
C.N: Yo diría que estamos en el borde. Estamos en un equilibrio peligroso. Si no bajamos el costo labor y no incrementamos la producción, ese equilibrio peligroso puede inclinarse a un momento crítico.
ANF: ¿Qué significa momento crítico?
C.N: Que tenga déficit y que en el corto tiempo le haga insostenible a la empresa.
ANF: ¿Cuántos trabajadores hay en la mina Huanuni?
C.N: Ahora hay 4.100 trabajadores.
ANF: ¿Y con cuántos podría trabajar efectivamente la empresa?
C.N: No requiere más allá de 2.000 trabajadores.
ANF: ¿Cuál la explicación? Porque solo se necesita la mitad…
C.N: Sí. Pero no vamos a despedir. Tenemos que entender que es un centro minero. Como muchos compañeros necesitan actividad laboral fueron obteniendo áreas de trabajo y se asociaron en cooperativas. En 2006, se produce el enfrentamiento por áreas de trabajo entre asalariados y cooperativistas. La única manera de parar el conflicto es que estas áreas pasen al Estado y que los cooperativistas se vuelvan asalariados. Eso mostró una realidad clara que existe en ese y otros centros mineros, entre empresa y cooperativistas. Las cooperativas no trabajan en función de genera un excedente para reinvertir y desarrollar la mina, ellos trabajan para mejorar sus ingresos individuales o como grupo colectivo. Lo que se hizo es revertir esas áreas a la Comibol e incorporó esa mano de obra a la empresa Huanuni lo que ha incrementado su carga laboral.
Por eso, desde el 2006-2007 debió desarrollarse nuevas áreas de trabajo para que los compañeros migren a esas zonas; el error que hemos cometido es que los hemos incorporado a las mismas áreas de trabajo donde ya había 1.000 trabajadores. Por lo tanto, ha bajado la producción, por más que hayamos producido más ha subido el costo labor, porque existe más mano de obra, ese es el error que hemos cometido, por eso hoy tenemos 4.100 trabajadores, con las jubilaciones podemos llegar más o menos a unos 3.500.
Hay otro problema, los compañeros que entraron a trabajar el 2006 y hoy tienen edad de jubilarse, solo tiene 10 años de aportaciones pese a que tienen 60 años de edad.
ANF: ¿Y ya está la norma?
C.N: Se ha trabajado con el Ministerio de Economía y Finanzas, fundamentalmente con el Viceministro de Pensiones ya tenemos el informe, vamos a remitir la norma a la Asamblea. Es complementaria, para este caso específico. Tiene que ver con edad, condiciones de producción y falta de aportes. Porque por más que trabajen 10 o 15 años no van a llegar al número de aportaciones (…). Yo creo que en unos 15 días más enviamos (…).
ANF: ¿Por qué San Cristóbal no entró en el circuito de las nacionalizaciones?
C.N: En Huanuni fue una reversión de áreas de las cooperativas a Comibol. En el caso de Colquiri fue la reversión de las áreas de Sinchi Wayra a Comibol. Pero el antecedente que da origen a la nacionalización es un enfrentamiento entre cooperativas y empresas. Porque se crea un escenario de conflictividad laboral entre los cooperativistas y los asalariados. Razón por la que el Estado interviene para recuperar esas áreas y excluir a un tercero (empresario). Y mejorar la relación entre asalariados y cooperativistas.
No está en nuestra cabeza una nacionalización uno por uno. Pero tampoco se descarta este hecho. Si definimos que es importante una nacionalización lo haremos por condiciones estratégicas. No vamos a renunciar a ese derecho.