Daño indígena: 5 cooperativas mineras están bajo procesos
Son investigadas por delitos medioambientales, según el artículo 107 de la Ley de Contaminación de Ríos de Bolivia. Los más afectados son los niños y las mujeres.
Luego de que fuera presentado un estudio que revela que al menos seis pueblos indígenas del norte paceño son envenenados con los desechos de las cooperativas mineras que trabajan de forma ilegal en la parte alta de la cuenca del río Beni, un grupo de ambientalistas hicieron conocer que cinco cooperativas mineras de los Yungas son procesadas por delitos medioambientales.
“Estamos siguiendo dos acciones penales a cooperativas que están en los Yungas, ya están a punto de ser sentenciadas penalmente, pero a su alrededor operan otras 20. Estamos luchando contra algo muy grande y complicado. Dos acciones están en la vía agroambiental, dos en la vía penal y hoy (20 de junio) estamos iniciando una denuncia ante el Viceministerio de Medio Ambiente a otra cooperativa minera y hemos presentado denuncias en el Ministerio de Minería y Metalurgia, vamos a seguir haciéndolo hasta que las autoridades comprendan que tienen responsabilidad en ello”, dijo Rodrigo Herrera, abogado ambiental, que junto a otros juristas hacen el seguimiento a la labor de extracción de las cooperativas auríferas.
Las cooperativas denunciadas son procesadas por delitos medioambientales, según el artículo 107 de la Ley Contaminación de Ríos. De dos se espera que en uno o dos meses sean sentenciadas. Adelanta que están reuniendo pruebas para denunciar a más mineras por los daños que ocasionan al desechar restos de mercurio en los ríos donde habitan indígenas.
Cabellos y agua
La investigación, publicada hace más de una semana, evaluó a un total de 302 personas de 36 comunidades pertenecientes a seis pueblos indígenas: Tacanas, Tsimanes, Uchupiamonas, Lecos, Ese ejjas y Mosetenes, quienes viven en la Amazonia de La Paz. Se tomó muestras de sus cabellos y agua de afluentes que están en parte del Parque Nacional Madidi y la reserva de la biosfera y tierra comunitaria de origen Pilón Lajas.
La investigación develó que las personas evaluadas en promedio poseen 3,93 ppm (partes por millón) de mercurio en el pelo, cuando el límite permitido a nivel internacional es 1,0 ppm.
Los indígenas Ese ejjas registraron 6,96 ppm; los Tsimanes, 6,8 ppm; los Mosetenes, 4.0 ppm; los Uchupiamonas, 2,5 ppm; los Tacanas, 2,1 ppm; y, los Lecos, 1,2 ppm. Esto significa que los pueblos más afectados son los Esseejjas y los Tsimanes, ya que tienen una mayor dependencia del consumo de pescado, los cuales están contaminados con mercurio. “Podemos asegurar que el 100% de las comunidades que habitan en el norte de La Paz están con los índices de mercurio sobrepasados. De hecho, el mercurio no debería estar presente en ningún cuerpo humano. A raíz de este estudio, se están preparando las acciones legales para defender a las comunidades contra el Estado”, dijo Herrera.
Los efectos
Los datos alarmantes que revela el estudio es que los más afectados en su salud por la presencia de mercurio en sus organismos son las mujeres, las embarazadas y niños. Los daños más evidentes son “en su sistema neurológico, ocasiona disfunciones cognoscitivas en los niños y malformaciones en los recién nacidos. Es un tema muy delicado”, añade Herrera.
El Centro de Pueblos Indígenas de La Paz (Cilap) alertó que los afectados también presentan reumatismo y anemias. Identificaron cuadros agudos de diarrea, dolores estomacales y otros males.
La Organización Panamericana de la Salud, en su página oficial, precisa que “El mercurio es tóxico para la salud humana, planteando una amenaza particular para el desarrollo del niño in útero y en la niñez. Mercurio existe en diversas formas: elemental (o metálico); inorgánico (por ejemplo, cloruro mercúrico); y orgánico (por ejemplo, metilmercurio y etilmercurio), cada uno con diferentes efectos tóxicos, incluidos en los sistemas nervioso, digestivo e inmunitarios, y en los pulmones, los riñones, la piel y ojos”.
Los indígenas están siendo envenenados con mercurio porque su principal dieta es el pescado de la Amazonia en el norte paceño. “Las cooperativas mineras que están trabajando aguas arriba o en la parte alta del Madidi utilizan el mercurio y lo vierten irregularmente en los ríos, en las aguas, en las cuencas, estas aguas son consumidas por los peces. Ese es el principal factor que está afectando a las comunidades. Los peces viven con el mercurio almacenándolo en sus organismo y la principal fuente de proteína es esa carne”, lamentó Herrera.
Para confirmar los efectos nocivos en la salud de los indígenas, varias instituciones, incluyendo medioambientalistas, están solicitando al Ministerio de Salud que envíe brigadas para que realicen un diagnóstico a todos los habitantes que consumen pescado de esos ríos para verificar la calidad de salud.
No existe un registro oficial de cuántas cooperativas auríferas existen debido al incremento de las que operan ilegalmente. Sin embargo, según cálculos, sólo en el área protegida de Apolobamba contabilizaron más de 500 y que la mayoría no cuenta con autorización ambiental ni el derecho minero.