Para fines de mes, el gobierno de Donald Trump aprobará una concesión minera a la compañía Rio Tinto, la cual comprende un total de 9,7 kilómetros cuadrados. Ello con el fin de construir una mina de cobre en el estado de Arizona.

El cuestionado proyecto tiene la oposición de nativos americanos; quienes afirman que se podría destruir espacios que consideran sagrados.

Los líderes de las tribus originarias y detractores de la medida aceleran una contrarreforma antes que la actual administración culmine su mandato.

El problema de territorio expone el debate entre los derechos de los nativos americanos y la exigencia de buscar metales para la fabricación de vehículos eléctricos.

La fabricación de este último podría ser posible gracias a la extracción del cobre. Asimismo, la elaboración de otros productos como baterías, paneles solares y turbinas eólicas

Un atentado a la libertad religiosa

Por su lado. La tribu apache San Carlos alega que en caso la mina sea construida, se devastaría una zona considerada como hogar de deidades religiosas. Asimismo, este espacio se utiliza para ceremonias por los mismo amerindios.

“Se trata de libertad religiosa. Para mí y nuestro pueblo, es una lucha no sólo por hoy, sino por nuestros hijos y nietos”, comentó el presidente de la Tribu Apache de San Carlos, Terry Rambler.

Además, la compañía minera Rio Tinto (RCM) quiso adquirir el depósito subterráneo de cobre ubicado en el Bosque Nacional Tonto; el cual está adyacente a la reserva de San Carlos.

En el 2014, una enmienda de proyecto de lay permitió que esta empresa intercambie su área forestal por territorios ricos en cobre. Ello, con la condición de que se celebre un estudio de impacto ambiental antes de que el acuerdo proceda.

De igual forma, el Servicio Forestal de Estados Unidos (USFS), entidad encargada de elaborar el informe, ha cambiado la fecha de publicación en muchas ocasiones. Sin embargo, este mes se publicará el mencionado estudio.

Fuente: Tiempo Minero