¿Qué le dejó a América Latina la década de bonanza minera que está llegando a su fin?
América Latina acaba de vivir una década de bonanza minera que despertó esperanzas de riqueza como pocas veces en su historia.
Impulsada por la que parecía inagotable demanda china por cobre, carbón y otros minerales, la región experimentó lo que algunos denominaron un segundo Dorado.
Pero la bonanza terminó. La economía china resultó ser como todas las demás: es decir, con altibajos.
Y el reciente desánimo chino por consumir ha contribuido a abruptos frenazos a planes de inversión y ventas de multimillonarios proyectos mineros en América Latina.
Apenas esta semana se conoció que Glencore, el gigante de la industria minera mundial, estaba vendiendo uno de sus proyectos en Chile, la mina de Lomas Bayas.
Un caso que no parece ser el único en una industria minera que se está replegando ante la caída en los precios internacionales de muchos productos básicos.
Por lo que puede ser un buen momento para buscar opiniones sobre lo que le quedó a la región después del torrente de dólares que pasó por América Latina en los últimos diez años para adelantar proyectos mineros, muchas veces contra la intensa resistencia en las comunidades que los albergaron.
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Un torrente
América Latina se convirtió en estos años en uno de los epicentros globales de la actividad minera, recogiendo el 27% del total de inversión en exploración, según datos del Banco Mundial.