Organizaciones de derechos humanos exigen coherencia en el caso del proyecto hidroeléctrico Barro Blanco

Con motivo de la emisión de un reportaje televisivo del programa alemán Report Mainz (“Ayuda al desarrollo a expensas de indígenas”), las organizaciones ambientales y de derechos humanos FIAN, Salva la Selva y Urgewald exigen al banco alemán de desarrollo DEG que modifique su actitud con respecto al proyecto de la hidroeléctrica Barro Blanco en Panamá.
El banco de desarrollo DEG, filial del banco estatal alemán KfW, financia la construcción de la hidroeléctrica Barro Blanco en Panamá desde el año 2011 con un crédito de 25 millones de dólares a la empresa constructora GENISA. Directamente afectados por este proyecto se encuentran integrantes del pueblo Ngöbe-Buglé, el cual se dirigió al banco DEG con anterioridad a la concesión del crédito expresando claramente su rechazo al proyecto. El lago que formará la represa inundará 6,7 hectáreas de las tierras de los Ngöbe-Buglé, en las que se encuentra una escuela, un templo y seis casas. Ya que se continuó con la construcción de la represa, en mayo de 2014 se presentó una reclamación formal al banco DEG. Se trata de la primera queja efectuada bajo las nuevas directivas de DEG y que fue examinada por un panel experto independiente.
El reporte final del panel experto con fecha 29 de mayo de 2015 pone de manifiesto, que DEG no cumple una serie de puntos de sus obligaciones. La respuesta de DEG al reporte es decepcionante y no deja entrever qué medidas piensa tomar en este caso. “Acompañamos este caso hace ya muchos años, y nos hemos dirigido varias veces a DEG. Lo que esperamos de este banco es que se posicione de forma clara de una vez, y que nos explique cómo van a evitar más daños”, dice Guadalupe Rodríguez de Salva la Selva.
Que DEG durante el proceso de reclamación incluso exacerbó el conflicto, lo muestra una carta enviada por la filial de KfW junto con otros financistas al gobierno panameño. En la misma, critican la suspensión de la obra de la represa acontecida ese mismo mes y toman partido en el conflicto. “La carta firmada por el director de DEG Bruno Wenn contiene una clara amenaza de suspender futuras inversiones en el país. La actitud de DEG es inaceptable y esperamos que el consejo directivo de DEG se ocupe de este asunto”, aclara Kathrin Petz de Urgewald.
Debe ofrecerse principalmente una solución al conflicto que sea aceptable para las personas afectadas. “El hecho de haber interpuesto un mecanismo de quejas con expertos independientes es un paso importante dado por DEG. Esperamos una actuación transparente de parte de DEG con respecto al caso de Barro Blanco. Esperamos además, que el consejo directivo de DEG cumpla en serio con las exigencias de los representantes indígenas de que DEG considere retirarse del proyecto”, recalca Ute Hausmann de FIAN.