Global Apollo Programme: Cómo conseguir en diez años un mundo basado en renovables
Cuando las energías renovables resulten más baratas, asequibles y competitivas que el carbón, el gas o el petróleo, los recursos fósiles se quedarán en el subsuelo. La iniciativa internacional Global Apollo Programme lleva gestándose un año con el objetivo de lograr que esa meta sea una realidad en 2025, no en un país sino en todo el mundo y, así, poder combatir eficazmente el cambio climático. El programa se presentará en la reunión que el G7 inicia dentro de dos días en Alemania
Cómo conseguir en diez años un mundo basado en renovables
Global Apollo Programme quiere destinar 20.000 millones de euros anuales a la investigación en energías renovables, sistemas de almacenamiento y redes eléctricas inteligentes, a fin de situar estas tecnologías a la cabeza en todo el mundo con el fin de limitar a 2ºC el aumento global de las temperaturas, como urge la comunidad científica. Un aumento que, a tenor del ritmo actual de emisiones, se superará en 2035.
El objetivo es acelerar en todo el mundo la bajada de los costos de generación con tecnologías libres de carbono, lo cual exige un importante apoyo a la investigación científica y tecnológica y que se utilice la mejor experiencia científica existente hasta el momento, como ha puesto de relieve los impulsores de la iniciativa, gestada a lo largo del último año en Reino Unido y que cuenta con el respaldo de científicos, políticos y empresarios de relevancia mundial. Entre otros, el economista Nicolas Stern, el divulgador científico David Attenborough, o el ingeniero John Browne, artífice de la “transición” hacia las renovables de BP (interrumpida bruscamente con su salida en el 2007). También la apoyan el astrofísico Martin Rees o el enviado especial británico para el cambio climático David King.
Eólica y solar, tecnologías clave
Global Apollo Programe se inspira en el International Technology Roadmap for Semiconductors, que ha logrado reducir, año tras año, los precios de los semiconductores desde hace tres décadas.
A corto plazo, el programa se centrará, especialmente, en las tecnologías basadas en el viento y el sol. Los países que se unan al programa deben comprometerse a dedicar un 0,02 por ciento de su PIB a invertir en el desarrollo, instalación e innovación de estas fuentes durante un periodo de diez años.
Una comisión de los países que se sumen al proyecto nombrará un comité de Plan de Trabajo para identificar, cada año, los cuellos de botella que entorpecen la reducción de costos de estas tecnologías, y trabajarán en coordinación con la investigación internacional para desbloquearlos.
El proyecto aspira a contar con la colaboración con la Agencia Internacional de la Energía, pero también quiere incluir a otros países que en la actualidad no son miembros de AIE.
De acuerdo con sus promotores, Global Apollo Programme ha sido discutido en privado con gobiernos de todo el mundo a lo largo del último año, siendo en todos los casos muy bien acogido. Ahora se presentará en la reunión que los jefes de Estado y de Gobierno del G7 mantendrán los próximo días 7 y 8 de junio en Alemania, con la aspiración de que una amplia mayoría de países empiecen a sumarse a la iniciativa. Oficialmente, será presentado el próximo mes de noviembre, antes de la cumbre de París sobre cambio climático,
“Un cambio maravilloso”
“Estamos ante un cambio maravilloso en nuestra forma de relacionarnos con el medio ambiente”, ha declarado Sir David Attenborough. “En el pasado todas nuestras advertencias sobre los desastres que se nos vienen encima se han centrado en decir que hay que de dejar de quemar carbón, abandonar el fracking o detener la extracción de petróleo. Ahora, por fin, estamos diciendo lo que podemos hacer de manera positiva para ayudar. Y es algo que está al alcance de cualquier país, cualquier gobierno, y que nos muestra como es posible resolver en diez años una gran parte de nuestros problemas sobre energía”.
El astrofísico Martín Ress también ha aportado su visión del programa, unas palabras que han quedado recogidas por la prensa internacional: “La Nasa nos enseñó cómo se puede lograr un objetivo en tiempo récord si existen la voluntad y los recursos para conseguirlo. La vieja rivalidad que impulsó la llegada a la Luna tiene que dejar paso esta vez a una motivación interior, aquí en la Tierra. Nada puede ser más inspirador para los ingenieros que el reto de proveer energía limpia