Descripción

Esta investigación tiene como objetivo presentar la situación de los combustibles líquidos, es decir, del diésel y la gasolina automotor. En un escenario que ya era crítico antes de la pandemia del COVID-19, el elevado costo de la importación y la subvención para el Estado son presentados por el autor como “una bomba de tiempo”.

Si bien, en los últimos años, el gobierno ha buscado disminuir la importación a través del uso de etanol como aditivo para la preparación de la Gasolina Especial Plus y la Súper Etanol 92, hasta el momento no ha logrado las metas que se esperaban en la comercialización y mucho menos en la reducción de la contaminación. Esta política pública ha estado acompañada de un cambio en el uso de suelos en el país para incrementar los cultivos de caña y de oleaginosas, insumos de dichos combustibles.

Producción y subvención de combustibles líquidos en Bolivia

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