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Página Siete.- Este año, como en 2017, se registra una mejora en la cotización internacional de los precios de los minerales, sin embargo, la baja producción, los incrementos salariales y bonos para los trabajadores hacen que  las utilidades de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) no suban, según expertos.

Las utilidades de la estatal en las anteriores gestiones registraron: en 2014, unos 60 millones de dólares; en 2015, 80 millones de dólares, y en 2016, 56 millones de dólares, publicó la revista especializada Nueva Economía.  Para 2017 y este año se espera que los montos sean mayores, debido al alza de los precios.

El presidente de la Comibol, José Pimentel, detalló que en la estatal operan en total 1.188 trabajadores, que dependen de forma directa de la oficina central de La Paz.

Mientras que en las empresas autónomas como Huanuni, Colquiri, Corocoro y Karachipampa, hay otros 4.984 trabajadores.

“Actualmente, el gasto corriente llega a 2.696 millones de bolivianos, un monto bastante elevado para la economía nacional, es lo que se gasta en la producción y en los servicios que se da al país. Es necesario pensar en una reestructuración de  Comibol que no se fije en  una presencia territorial, sino en una dinámica que impulse la producción y el desarrollo de  proyectos minero-metalúrgicos”, admitió la autoridad, en la rendición de cuentas, en junio pasado.

De acuerdo con el reporte oficial más reciente, el gasto corriente que se destina para la empresa Huanuni  llega a 1.317,9 millones de bolivianos; para Colquiri, 518 millones; Karachipampa, 460,2 millones; Corocoro, 89 millones, y para la administración central, 310,8 millones de bolivianos, en total, 2.696 millones.

Para el exministro de Minería, Jorge Espinoza,  tanto en las operaciones mineras como en la central de La Paz hay personal excesivo.

“En las operaciones mineras, especialmente en Huanuni los salarios, bonos y precios de contratos son excesivos y deben ser racionalizados. Este es el motivo por el cual la pretendida reestructuración de Comibol no se realiza”, observó Espinoza.

En su criterio, el personal “excesivo” controla Huanuni y Colquiri, que junto con la planta hidrometalúrgica de Corocoro, representan menos del 9% de las exportaciones mineras.

Para el expresidente de la Comibol, Héctor Córdova, la estatal  es una corporación que no funciona como tal, debido a la resistencia a su refundación.

“La Comibol continúa funcionando como una suma de empresas independientes que en números, suman y restan ingresos y costos; pero que deberían ser analizadas por separado porque, en la realidad, sus utilidades no son entregadas a la Comibol, sino invertidas en las propias empresas (o en el aporte para el pago de algunos de los bonos del Estado)”, explicó Córdova.

Por ejemplo, mencionó que en Huanuni, el número de trabajadores disminuyó, pero hasta la fecha no cumple con sus metas de producción y el alza de la cotización del estaño es lo que le ayudó a mostrar cifras positivas.

En Colquiri, dijo que se debe hacer un proceso de recuperación y tratamiento de zinc, pues gana menos de lo que debería.

Los  salarios

•     Destino En 2015, el  Gobierno reveló que los trabajadores de la empresa Huanuni ganan salarios de entre 15.000 y 50.000 bolivianos, además de aguinaldos mayores a 52.000.
• Producción La extracción en la minera Huanuni  en promedio oscila entre 500 y 850 toneladas métricas, que varía de acuerdo con el mes. A la fecha cuenta con 3.200 trabajadores . En Colquiri la producción alcanza   350 toneladas por mes y tiene 1.200 mineros.
• Operación  El exministro de Minería Jorge Espinoza apuntó que ninguno de los proyectos mineros de exploración realizados por Comibol tuvo éxito, por lo que debe adecuarse a su realidad.

Punto de vista
Dionisio Garzón  Exministro de Minería
 “La producción solventa gastos”

La minería boliviana y en especial la estatal es fuertemente dependiente de los precios internacionales de los metales. Desde luego y en la presente coyuntura el actual nivel de precios ayudará a elevar el valor de la producción.

En la última década no se han incrementado reservas nuevas en los centros mineros conocidos ni ha subido el portafolio de nuevos proyectos. Este panorama hace que el sector estatal minero muestre un estancamiento en producción, productividad y competitividad.

Gran parte del valor de la producción va a solventar salarios y gasto corriente, mientras que la inversión en exploración y  mejoras tecnológicas es mínima.

La capacidad de inversión en el sector minero en los últimos años no superó los 200 millones de dólares por año en el sector estatal, lo que refleja  la pequeña escala de la industria minera nacional. La única manera de mejorar las utilidades es elevar  la producción.

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