Nuevo dueño de la mina más grande de Bolivia buscará otros yacimientos

San Cristóbal Mining informó que su prioridad es alargar los años de explotación que tiene la mina potosina de zinc, plomo y plata, pero que ello no le impedirá buscar oportunidades en otras canteras

San Cristóbal Mining (SCM), nuevo dueño de una de las minas bolivianas más destacadas en el mundo, tiene como objetivo primordial la ampliación de las reservas del yacimiento, pero también el aprovechamiento de otras áreas mineras en el país.

El consorcio informó el 1 de febrero que tomó el control pleno de la mina con un objetivo claro: “Convertirla en la mayor productora de plata del mundo”, una decisión que se explica con el agotamiento de las reservas de plomo y zinc de San Cristóbal, que tienen “una vida útil de siete años”.

El proyecto de desarrollo de óxido de plata, por el contrario, “podría extender la vida operativa de la mina hasta 2040”.

En respuesta a un cuestionario enviado por este medio, la compañía adelantó otros planes que concretará con su trabajo en Bolivia.

“Parte de nuestra estrategia a largo plazo es buscar otras oportunidades mineras. En el mediano plazo, de dos a cinco años, intentaremos identificar otros depósitos que sean aptos para la minería”, informó la compañía.

En primera instancia, no obstante, el objetivo es “alargar la vida del yacimiento más grande de Bolivia” y, trabajando mano a mano con las autoridades y demás actores, “desarrollar aún más las oportunidades que tiene el país”.

“Confiamos en que nuestra dedicación a la exploración en busca de más sulfuro extenderá la vida útil de la mina mucho más allá de 2030”, sostuvo la empresa.

SCM precisó que su equipo de gerencia incluye a ejecutivos que formaron parte del equipo administrativo de Sumitomo en las primeras etapas de exploración y de operación de la Minera San Cristóbal. Por tanto, tienen un conocimiento amplio sobre el reservorio, lo que le da a la mina “las condiciones para proseguir la exploración y la innovación externa e internamente”.

Alfredo Zaconeta, experto en temas mineros del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), observó que la salida prevista de Sumitomo dejó muchas incógnitas, entre ellas “El futuro de Minera San Cristóbal”, un plan que la multinacional japonesa presentó en julio de 2021.

En este documento, Sumitomo detalló sus nuevos proyectos, como sus programas de exploración que harían posible la conclusión de su proyecto de sulfuros (2027) y la concreción de su proyecto de óxidos (2039) para la recuperación de plata metálica, además delos proyectos Grade Engineering, Toll Milling y otros que permitirían alargar la vida de San Cristóbal hasta más allá de 2050.

Este plan fue presentado al Gobierno en septiembre de 2021.

Las operaciones de la multinacional nipona, que iniciaron en 2007, estaba previstas hasta el 2024, pero según los representantes de Sumitomo se extenderán “hasta 2050” con la explotación de sulfuros y el proyecto de óxidos, indicó esa cartera de Estado en una nota de prensa. “Entonces, ¿por qué decidieron irse?, con este traspaso todo queda en incertidumbre.

Las dudas persisten para saber si SCM estará en condiciones económicas y técnicas para cumplir lo propuesto por sus antecesores y si esto garantizará la continuidad laboral de sus 1.898 trabajadores y de sus más de 980 proveedores”, sostuvo Zaconeta.

SCM anticipó que sus planes incluyen tareas en geofísica; “una agresiva campaña de perforación durante los próximos años, para construir recursos de sulfuro”; y estudios hacia un proyecto de óxido de plata, “para confirmar la viabilidad y desarrollar un cronograma para la implementación”.

El consorcio consideró que Bolivia “es un buen lugar para la inversión minera”, por lo que vislumbra “un futuro muy brillante”. “Nuestras operaciones permitirán la continuidad y aumento de regalías y otros beneficios económicos para Potosí”, remarcó.

Los anuarios estadísticos del Ministerio de Minería y Metalurgia detallan que la inversión privada en minería cayó en picada desde 2008, cuando alcanzaron el pico de $us 477,8 millones. En 2019, último año en el que se registró ese dato, esa inversión fue de $us 13,4 millones.

Publicado en: El Deber