La extracción de minerales es intensa en el Sumaj Orko, donde operan más de 20.000 mineros entre cooperativistas y jornaleros que explotan concentrados de socavones, desmontes y sedimentos.

Las operaciones mineras no paran en el Cerro Rico de Potosí donde a diario se extraen 2.000 toneladas de mineral -entre concentrados de plata y plomo- de los socavones y desmontes,  y parte del cerro es el relleno que sostiene su  morfología cónica. Esta extracción acelera el deterioro de Sumaj Orko, declarado   Patrimonio de la Humanidad en 1986.

Desde la Villa Imperial declaran alerta porque a pesar del último hundimiento en la cúspide, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) continúa emitiendo autorizaciones para las operaciones mineras por encima de la cota 4.400.

Epifanio Mamani,  experto en minería y docente de la Universidad Autónoma Tomás Frías de Potosí, dijo a Página Siete que el notable deterioro del cerro, que poco a poco pierde su forma cónica, es debido a la constante extracción de minerales oxidados que sirven como sostén y relleno que dejaron operaciones antiguas, incluso desde la época de la Colonia. Al ser extraídos se generan vacíos que ocasionan nuevos hundimientos.

“De acuerdo al informe del viceministro de Políticas  Mineras, diariamente están sacando 2.000  toneladas de mineral que está de relleno haciendo el sostenimiento del perfil del cerro”, afirmó Mamani.

Hace cinco días, la cúspide del Cerro Rico sufrió un nuevo hundimiento ocasionado por la generación de espacios vacíos por encima de la cota 4.400, es decir, por sobre los 4.400 metros sobre el nivel del mar. Este hecho llamó la atención de la ciudadanía que vio en un video cómo la punta del cerro se hundía en medio de un intenso polvo.

En el lugar ya había un  hueco que originalmente, cuando se abrió el cráter en 2009, tenía un diámetro de 12 metros pero   se fue ensanchando por la constante explotación.

Gonzalo Barrientos,  ex diputado opositor,   afirmó que la mayor responsable del deterioro es la empresa minera Manquiri.

“La principal responsabilidad del deterioro del Cerro Rico la tiene una empresa transnacional,  que es la empresa Manquiri, que utiliza maquinaria pesada y por el contrato que firmó hace muchos años con este mismo Gobierno (MAS) realiza sus actividades y está depredando el Cerro Rico”, dijo Barrientos.

Manquiri, en el Cerro Rico explota desmontes que están cerca de las bocaminas, los sucus y pallacus que son el material sedimentario que se quedó acumulado por operaciones anteriores en superficie y están en el desmonte del cerro.

Aunque no se tiene un número exacto, por datos de las cooperativas se conoce que operan en todo el Cerro Rico más de 20.000  trabajadores que están en diferentes sectores.

Sin embargo, en Potosí no sólo dependen del yacimiento estos 20.000 trabajadores. Muchos de ellos trabajan junto con  sus familias y se genera toda una red productiva entre mineros, comerciantes y transportistas que incluso sobrepasan las 100 mil personas, según Barrientos.

Después del último hundimiento del Sumaj Orko, el gobernador del departamento de Potosí, Jhonny Mamani, y el Comité Interinstitucional de Preservación del Cerro Rico de Potosí,  decidieron preparar  una reunión con representantes del Ministerio de Minería para tratar la problemática y solucionar el tema.

El jueves 12 se realizó una reunión interinstitucional en Potosí pero  se declaró en cuarto intermedio ante la ausencia de algunos sectores. La promesa del ministro de Minería, Ramiro Villavicencio, es que la próxima semana se realizará el encuentro “por tiempo y materia”, para dar soluciones inmediatas.

“Lo importante es generar consenso con los sectores sociales para tratar este tema de emergencia del hundimiento por encima de la cota 4.400. El compromiso no sólo de la Gobernación, sino del Ministerio de Minería y de la Comibol es de conservar y precautelar este patrimonio que es muy importante como símbolo nacional”, dijo Villavicencio.

Propuestas

Para detener el deterioro del Cerro Rico, la Universidad Tomás Frías de Potosí elaboró un proyecto que consiste en una tecnología de relleno seco, que no fue tomada en cuenta, según Epifanio Mamani,  ingeniero especialista en minería.

“Ellos (Comibol) comenzaron a hacer un relleno empírico sin ningún control de tecnología. Ese relleno no tenía un piso de sostenimiento y nosotros planteamos que primero tenía que haber un piso de sostenimiento, después hacer un relleno ascendente. Ellos hicieron un relleno descendente. En un corto tiempo esa carga de relleno que no tenía sostenimiento se inundó”, afirmó Mamani.

Hasta la fecha en cuatro oportunidades se intentó frenar el deterioro, con ideas que fueron desde poner una geomembrana en forma de gorro a la punta hasta rellenos con plastoformo.

Publicado en: Página Siete