La Razón • Importación de líquidos cae un 60,7% hasta mayo

La pandemia del COVID-19 provocó un desplome en el consumo

De enero a mayo de este año, Bolivia importó combustibles (gasolina y diésel oíl) por un valor de $us 177,6 millones, frente a lo $us 452,4 millones que se desembolsaron en similar periodo de 2019, lo que representa una caída del 60,7%, según datos oficiales.

El descenso se debe a un menor consumo de líquidos en los meses de marzo, abril y mayo a consecuencia de la emergencia sanitaria y la cuarentena total o rígida decretada por el Gobierno transitorio para combatir la pandemia del nuevo coronavirus o COVID-19.

De acuerdo con los datos publicados en el Sistema de Consultas de Comercio Exterior del Instituto Nacional de Estadística (INE), las importaciones fueron en descenso a partir de marzo, cuando empezó a regir la cuarentena rígida. Para el mes de mayo, se registra cero movimientos en las compras de ambos carburantes.

Actualmente, la producción nacional de gasolina y diésel no llega a cubrir el 100% de la demanda local, por lo que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se ve obligada a importar los líquidos a precios internacionales y a comercializarlos a un costo subvencionado en el mercado interno.

Aparejada a esta situación, la paralización de las diferentes actividades económicas en el país a consecuencia de la emergencia sanitaria por el COVID-19 ha derivado en una caída en el consumo.

Los datos oficiales muestran que en el caso de la gasolina, el valor de las importaciones bajó un 61% en el periodo analizado, de $us 249,3 millones a $us 97,3 millones. En cuanto al volumen, las compras disminuyeron de 312.098 toneladas a 143.516 toneladas. La caída fue de un 54%.

Las compras de diésel oíl también tuvieron un comportamiento parecido. Entre enero y mayo de este año, el valor de las importaciones cayó un 60,5% respecto a igual periodo de 2019, al haber pasado de $us 203,2 millones a $us 80,3 millones. Las cantidades también bajaron de 573.473 toneladas métricas a 109.777 toneladas, un descenso de 80,8%.

La menor importación de combustibles también trajo beneficios indirectos para la economía como el ahorro de divisas ($us 274,8 millones) y un menor gasto corriente por la subvención a los carburantes en el mercado interno.

DÉFICIT. En la última década, Bolivia ha erogado más de $us 10.000 millones en la importación de combustibles con la finalidad de aliviar el déficit en la producción nacional de diésel oíl y gasolina. En este periodo se han triplicado las compras de líquidos.

Según el análisis y sistematización de datos realizado por La Razón con base en la información publicada por el INE en su página web, entre 2010 y 2019, el volumen de las importaciones ha subido en 202% y en valor un 180%.

El combustible que más se ha importado durante ese periodo es el diésel oíl, con un volumen de compras por 9,3 millones de toneladas, muy superior a las 2,8 millones de las de gasolina. En 2010 se internaron 687.380 toneladas (gasolina y diésel) y para 2019 ese volumen se había triplicado hasta las 2,08 millones de toneladas.

En cuanto a valor, de los $us 10.115,6 millones que se gastaron entre 2010 y 2019 para la compra de estos carburantes, el 73,5% ha sido para la adquisición de diésel y el 26,5% para gasolina. Solo en 2019 se ha desembolsado $us 1.554,9 millones para la importación de ambos combustibles fósiles, casi tres veces más que los $us 556,3 millones abonados en 2010.

REFINERÍAS. Hasta 2014, las refinerías Gualberto Villarroel y Guillermo Elder Bell, ambas de propiedad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), producían el 95% de la gasolina y la gasolina Premium que se consumía en el país. En agosto de ese año, el entonces presidente de la petrolera estatal, Carlos Villegas (+), había anunciado que a partir de 2016 Bolivia sería autosuficiente en la producción de gasolina.

En septiembre del año pasado, el entonces ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, explicó que el aumento en la importación de líquidos se debió al aumento progresivo de la internación de vehículos, lo que elevó el consumo de ambos combustibles.

Con base en los datos oficiales del Registro Único para la Administración Tributaria Municipal (RUAT), a 2018 el parque automotor en Bolivia alcanzó a 1.910.127 vehículos, cantidad superior en 6,1% a la registrada en 2017, cuando llegó a 1.800.354 unidades.

La producción de líquidos bajó un 26% en el último quinquenio debido a la declinación de los campos hidrocarburíferos, principalmente San Alberto y Sábalo, ambos en el departamento de Tarija. En 2015 se produjo 60.830 miles de barriles diarios de petróleo (MBDP) y en 2019 llegó a 45.080 MBDP, según datos oficiales de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

En Bolivia, los principales megacampos de donde se extraen los líquidos son Margarita- Huacaya, Incahuasi-Aquío, San Alberto y Sábalo, estos dos últimos en franca declinación.

En una entrevista concedida a este medio en febrero, el entonces presidente de YPFB, Herland Soliz, explicó que la producción de líquidos bajará aún más durante este año. “La producción de combustibles era de 60.000 barriles por día el año 2015 y para esta gestión se cree que vamos a tener una producción de 40.000 barriles por día”.

No obstante esta proyección, Soliz dejó en claro que el abastecimiento de carburantes en el mercado interno estaba garantizado. Indicó que hasta el mes de febrero, antes de que se decretara la cuarentena total por la emergencia sanitaria, se tenía el stock necesario de combustible.

COMPONENTES. El gas natural boliviano es un gas “rico” en propano, etano, butano y otros hidrocarburos más pesados que sirven de materia prima para la industria petroquímica.

La proyección de la petrolera estatal sobre la caída en la producción de líquidos a 40.000 barriles diarios de petróleo durante esta gestión se debe a una menor demanda de gas natural por parte de los mercados externos, especialmente de Brasil.

El 6 de marzo de este año, YPFB y Petróleo Brasileiro SA (Petrobras) firmaron la octava adenda al contrato de compraventa de gas natural suscrito entre ambas petroleras. El acuerdo suscrito en la ciudad de Santa Cruz establece un volumen mínimo de entrega de 14 millones de metros cúbicos por día (MMm3d) del energético y un máximo de 20 MMm3d. Hasta diciembre del año pasado, la petrolera estatal de Bolivia debía enviar un volumen máximo de 30,08 MMm3d y un mínimo de 24 MMm3d.

A pesar del reciente acuerdo, en los meses de abril y mayo, Petrobras bajó las nominaciones por debajo de los 14 MMm3d. El 4 de abril, la petrolera brasileña notificó a YPFB de la reducción de su demanda de gas natural de 14 a 10 MMmcd, aduciendo una “fuerza mayor”. Esta situación tuvo una incidencia directa en la producción de líquidos.

Fuente: La Razón