Jubileo propone reenfocar subvención a carburantes, porque sin suficiente producción de líquidos la medida es inviable

La Fundación sugiere a las autoridades y a la población discutir la necesidad de refocalizar la subvención a los hidrocarburos, estableciendo bandas de precios diferenciados.

La política de subvención a la gasolina y diésel es inviable si es que no se cuenta con la suficiente producción de hidrocarburos líquidos, por eso es necesarios reenfocar este beneficio a los sectores más necesitados, sugirió la Fundación Jubileo.

Durante el año 2022, el precio de importación de la gasolina y el diésel estuvo, en promedio, aproximadamente en 9,8 bolivianos por litro, lo que ha obligado a que la subvención a los hidrocarburos se sitúe en un promedio de 6 bolivianos por litro.

De acuerdo con Jubileo el origen del problema actual se remonta a agosto de 2004, cuando se promulgó el Decreto Supremo 27691, que congeló el precio del barril de petróleo en Bolivia puesto en refinería en 27,11 dólares por barril.

Esa medida también estableció los márgenes superior e inferior para el precio de referencia de los productos refinados, medida que continúa vigente y que junto con el Decreto Supremo 27992, de enero de 2005, se constituyen en la base legal de la política de subvención al precio de la gasolina y el diésel en el país, fijados para el consumidor final ese año en 3,74 bolivianos por litro y 3,72 bolivianos respectivamente.

“Es importante considerar que esa política de subvención podía ser viable solo en la medida en que el país produjera la suficiente cantidad de hidrocarburos líquidos que le permitan autoabastecerse de productos refinados como gasolina y diésel; pero, además, desarrollar políticas de electromovilidad que permitan ir sustituyendo gradualmente la demanda de estos combustibles. Lamentablemente, ninguna de estas dos condiciones ha sido cumplida en el transcurso de los años”, advirtió Jubileo.

Durante el año 2022, el precio de importación de la gasolina y el diésel estuvo, en promedio, aproximadamente en 9,8 bolivianos por litro lo que ha obligado a que la subvención a los hidrocarburos se sitúe en un promedio de 6 bolivianos por litro.

De acuerdo con autoridades del sector, la subvención llegó el año 2022 a representar 1.700 millones de dólares, siendo que el Presupuesto General del Estado había considerado 700 millones para este concepto.

Por eso Jubileo propone debatir un precio diferenciado, manteniendo la subvención a los sectores más vulnerables.

La Fundación sugiere a las autoridades y a la población discutir la necesidad de refocalizar la subvención a los hidrocarburos, estableciendo bandas de precios diferenciados que consideren elementos como el año de importación del vehículo, modelo, marca, cilindrada y actividad económica.

Se puede mantener el precio subvencionado a la gasolina para el transporte público en taxis, minibuses, micros o camiones minoristas y, para el resto de la población, introducir precios diferenciados de acuerdo con las características descritas, octanaje del combustible y otros criterios que se encuentran registrados en el sistema B-SISA, y que pueden permitir distinguir el tipo de consumidor y asignar un precio conforme a sus características, sostiene Jubileo.

Matriz energética

Actualmente, 95% de la matriz energética nacional es de fuente fósil, 64% de la electricidad es generada a partir de termoeléctricas que operan principalmente con gas natural; el sector transporte es el principal consumidor de energía en el territorio nacional, representando 55% del total, al año 2021, siendo, además, que 83% de esa energía es diésel y gasolina.

Asimismo, la realidad del parque automotor ha cambiado sustancialmente desde el año 2004, cuando fue implementada esa política.

En ese tiempo, el parque automotor legal registrado en el país alcanzaba a 493.893 vehículos (fuente INE), cifra que para el año 2010 ya llegaba a 961.228 vehículos.

Ese año, el expresidente Evo Morales intentó retirar la subvención a los hidrocarburos, pero dio marcha atrás. “Si para entonces la situación ya era complicada, en la actualidad es aún mayor. El año 2021, el parque automotor en el país era de 2.226.662 vehículos; es decir, el doble respecto al año 2010 y casi cinco veces más que el 2004”, alerta Jubileo.

La situación se volvió compleja desde el año 2015, periodo en que la producción de hidrocarburos líquidos alcanzaba a 63.000 barriles por día, que ya eran insuficientes para satisfacer la demanda nacional, pero comenzó a declinar año tras año hasta llegar, actualmente, a 34.000 barriles por día, lo que obliga al país a importar cada vez más gasolina y diésel para abastecer al mercado interno.

El Estado compra diésel y gasolina en cerca de 9,8 bolivianos por litro y vende entre 3,72 y 3,74 bolivianos, respectivamente.

Esta medida, próxima a cumplir dos décadas de vigencia, ha restado recursos incluso a salud y educación y desde 2004, el parque automotor ha crecido casi 5 veces.

Publicado en: Página Siete