Gas: nueva adenda, en peligro porque Argentina busca volver al contrato original

YPFB ofreció al país vecino vender hasta de 9 MMmcd en la época de invierno y 6 MMmcd en verano.

Las negociaciones por una nueva adenda del contrato de compra-venta de gas natural desde Bolivia no sólo son tensas, sino que parecen haber llegado a un punto muerto ya que desde Argentina no se descarta que se opte por dejar que caiga la actual adenda para que vuelva a tener vigencia el contrato original, que prevé penalidades para Bolivia si envía menos gas.

Este lunes 31 de enero vence el plazo formal de la quinta adenda del contrato de importación, es decir la quinta modificación del contrato. Las partes acordaron una extensión hasta este lunes 31, pero con la condición de que desde la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se mejore la oferta que se había presentado en diciembre ante Integración Energética Argentina (Ieasa), que señala un máximo de nueve millones de metros cúbicos día (MMmcd) durante la época de invierno y para verano hasta 6 MMmcd.

Las ofertas de volúmenes a enviar presentadas desde YPFB no convencieron a los negociadores de Argentina, ya que son entre un 22 y un 35% menores a los niveles enviados durante el año pasado, lo que forzarían al país a importar Gas Natural Licuado (GNL) o líquidos muchos más caros para completar la demanda interna argentina, señala el reporte de Río Negro.

En ese escenario de tensas negociaciones, fuentes del Gobierno argentino que están al tanto de las tratativas, advirtieron que “Ieasa no descarta que se caiga la negociación por una nueva adenda”.

De suceder eso, la quinta adenda vencería y, sin una nueva adenda firmada, el contrato original firmado en 2006 volvería a tener plena vigencia.

Para Argentina avanzar en ese camino es una jugada de presión, ya que el texto madre marca que YPFB debe enviar 27,7 MMmcd durante todo el año, un nivel que claramente Bolivia no puede cumplir por la caída de su producción.

El eje de dejar vencer la adenda está en que el contrato original habilita a Argentina, no sólo a aplicar sanciones por el volumen que Bolivia envíe de menos, que además será mucho más que el previsto en la adenda actual que era de 14 MMmcd en invierno y 8 MMmcd, en verano.

Pero a su vez, el contrato original prevé que Argentina puede reclamar bajo la cláusula de Deliver or Pay o Entrega o Paga, el 100% del gas no despachado.

Esto es un cambio sustancial sobre la actual adenda que limita el reclamo al 15% del volumen no enviado.

Las fuentes consultadas por este medio detallaron que si bien aplicar sanciones permitiría al país contar con una recuperación de los millonarios fondos que deberá destinar a la importación de GNL o gasoil, “no resuelve el problema”, debido a que el Gobierno argentino estimó que el gas boliviano tendrá este año un precio de 7,47 dólares por millón de BTU.

Mientras que, el gas importado se estima que cotizará a 15 dólares para esa equivalencia, y el GNL llegaría gasta los 23 dólares por millón de BTU, con lo cual aún haciendo los reclamos y cobrando de YPFB las multas -algo nada fácil en el corto plazo- lo percibido alcanza para comprar entre la mitad y un tercio del gas que YPFB no enviaría.

El histórico del contrato de compra-venta

El contrato de importación de gas natural desde Bolivia tiene una larga historia de dolores de cabeza a ambos lados de la frontera ya que se firmó en 2006, en plena crisis de la producción de gas de Argentina y cuando Vaca Muerta no estaba aún en los planes de ninguna empresa.

Las negociaciones se dan entre Ieasa, la exEnarsa, y YPFB, acuerdo que en algunos momentos Argentina tuvo demoras en los pagos, en otros reclamó un menor envío de gas por el aumento de la producción nacional, y recientemente los problemas están del lado boliviano por la caída de su producción, en momentos en los que el país sí requiere más envíos.

La primera adenda se firmó en 2010 y redujo los envíos desde Bolivia de 27,7 MMmcd, a 21,3 MMmcd, planos durante todo el año.

En la cuarta adenda, firmada en 2019 se pactaron envíos que diferencian entre el invierno y verano, contando además con un período pico. En concreto, en ese año se pactó que entre junio y agosto se enviarían entre 16 y 18 MMmcd en mayo y septiembre y 11 MMmcd entre octubre y abril.

La quinta adenda se firmó el 31 de diciembre de 2020 y fijó dos grandes bandas, la del invierno con un piso de 14 MMmcd y el verano en 8 MMmcd.

Publicado en: Página Siete