El Día • El impacto de la «Pentolita»

Los pueblos indígenas de la Amazonía norte de Bolivia no salen de su asombro. De muy poco sirve haber recibido un fondo de compensación de Bs 3.475.229, equivalente al 1% de una inversión total de $us 57 millones por la exploración «Sísmica 2D Cuenca Madre de Dios, Área Nueva Esperanza». realizada el 2016 por la China BGP. Luego de dos años de aquella actividad, los daños ambientales provocados, son irreparables: afectación forestal en la selva, disminución del caudal de los ríos, la seca de los arroyos y destrucción de las vertientes de agua, son entre otros, los efectos.

“La pentolita nos destruyó nuestros ríos, afectó nuestra castaña y alteró la selva”, asegura, Walter Mosqueira de la población indígena Toromona, en referencia a los trabajos de detonación bajo tierra que se hicieron en la zona entre el 2016 y 2017 en el norte amazónico de La Paz.

Los Toromonas forma parte de las cuatro comunidades indígenas, Tacana II, como son Puerto Pérez, Las Mercedes y El Tigre, hasta donde llegó El Día, a conocer el momento que viven sus habitantes. «Lo que ellos nos han dejado (en referencia a ese fondo del 1%), no repara los impactos ambientales que se han causado en nuestro territorio», puntualiza, Rolando Justiniano, Presidente de Central de Pueblos Indígenas Tacana II.

Una sísmica destructiva. Para los pueblos Tacana II, la palabra sísmica es un eufemismo, cuando en realidad se trató de la detonación sin piedad, a 16 metros de profundidad de la tierra y a cada 40 metros de distancia de un arbol de castaña, con el uso de la dinamita, conocida por los indígenas como ‘pentolita’.

Oscar Zambrana, también de la comunidad Toromona, que por entonces participó como representante de la TCO ambiental, describe que en cada línea de 15 kilómetros, distantes en 50 metros unos a otros, se registraron al menos 500 detonaciones. Ese trabajo desplegado en el fondo de la capa terrestre, afirma Justiniano, ha destruido la corteza natural del suelo y con ello el impacto ambiental se han hecho irreversibles. «Nuestros ríos están panditos (casi sin agua), difícil de navegar. Antes llegabamos con nuestras canoas hasta la orilla y ahora ni empujando. Es que esas 500 a 600 detonaciones han dañado las raíces del los árboles del bosque y han distorcionado el curso de los acuíferos y los ojos de agua», argumenta, Zambrana.

Si bien la prospección sísmica 2D realizada por la firma china BGP, tenía el aval de una consulta previa; la misma fue hecha de manera obligada y condicionada por el gobierno de Evo Morales. «Se podía haber dicho no a la sísmica, pero había una presión fuertísima del gobierno. Ellos nos iban afectar, por ejemplo, las detonaciones a cada 15 metros de distancias; nosotros les hemos pedido a cada 60 metros, pero al final se consensuó a cada 40 metros», precisó Justinario.

Teodocia Castellón, viviente de la comundad Las Mercedes, con lágrimas en los ojos relató a El Día, que entre el 2013 y 2016, el Estado, a través de los personeros de YPFB y los del ministerio de Hidrocarburos, ingresó al territorio Tacana II con falsas promesas a través del programa Mi Agua, pero hasta la fecha no cuentan con agua potable ni para riego. «YPFB entró con una gran mentira diciendo que traían el proyecto mi Agua II, pero nada de eso se hizo realidad. Frente a eso nos hemos movilizado, hemos trabajado conjuntamente dia y noche. Entonces, hemos aceptado la consulta y ese 1% nos ha costado mucho, peleas, discusiones para salvar en algo el impacto que hoy tenemos», informa.

Secuelas y caminos. La Fundación Tierra en un estudio reciente a dicha actividad, señala que el proceso de «consulta previa» para la exploración hidrocarburífera denominada «Sísmica 2D Nueva Esperanza», no cumplió con los procedimientos para territorios indígenas, y que una vez obtenido el consentimiento, vulneró los compromisos.

Pablo Arauz, biólogo y técnico que acompaña el proyecto de la castaña de los pueblos Tacana II, informa que los recursos destinados del fondo de compensación llegaron a los 261 beneficiarios, para capital familiar, y otro tanto fue destinado para la compra directa de castaña a los mismos beneficiarios de la Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Tacanas II. YPFB hizo el acompañamiento el proyeto en tanto el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierra (MDRYT), elaboró el proyecto de recolección de castaña vía el programa Empoderar y el Proyecto de Alianzas Rurales (PAR).

Justiniano, el líder de los Tacana II, manifiesta que a partir de hoy, independientemente quién está en el gobierno, ellos se mantienen vigilantes con los proyectos extrativos y la posibilidad cierta de que en su territorio se llevará adelante la exploración hidrocarburífera.

«La prospección sismica fue la primera fase la que pasó. Hay previsto realizar un pozo de perforación entre el territorio Tacana y Araona, que incluso ya tiene el nombre, que se llama Copuazú. Ahí a un lado del territorio, ya está el diseño para perforación, seguramente para no hacer la consulta previa, cuyo estudio dice que tendría 3.800 metros de profundidad, con una afectación a 50 kilómetros a la redonda. Entonces, cualquier compensación que venga no subsanará impacto ambiental alguno. Eso nos preocupa», finaliza Justiniano.

La consulta previa fue una lucha tenaz por sus derechos

Antecedentes. Según un informe de la Fundación Tierra, cuatro comunidades tacanas, asentadas a lo largo del río Madre de Dios de la Amazonia boliviana, resistieron el intento del Gobierno de convertir la consulta previa, libre e informada, en un mero formalismo. Los pobladores defendieron su economía basada en el aprovechamiento de los frutos de los árboles de castaña, algo fundamental que fue ignorado casi por completo en el Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental (EEIA) del proyecto de exploración petrolera.

Arremetida. El Gobierno intentó renegociar los acuerdos suscritos después de la conclusión del proceso de consulta, lo que demuestra una vez más que no está acostumbrado a cumplir lo pactado a la hora de implementar los proyectos y las medidas de mitigación de los impactos negativos.

A pesar de todo esto, el pueblo Tacana deja una experiencia valiosa de cohesión y firmeza, de la que podemos aprender todos para hacer frente al poder político y económico.

Sismica. Por entonces YPFB, una vez desarrollado el proyecto entre junio y diciembre de 2016, informó que la metodología de trabajo en proyectos sísmicos implicó cuatro etapas: Topografía, Perforación, Registro, y Abandono y Restauración. Estas actividades logísticamente fueron realizadas utilizando las vías existentes con el apoyo de helicópteros para minimizar el impacto ambiental. En el caso particular del trabajo en el área Nueva Esperanza, la logística utilizada fue vía fluvial y aérea.

Aditamentos. Con la actividad sísmica de prospección se generó una fuente laboral temporal para 49 personas Durante este proceso, salió a la luz pública la posible existencia de “pueblos no contactados” en las zonas de poco o ningún acceso para los pobladores del lugar. Este hecho fue negado por YPFB.

Los resultados luego de la sísmica

Madera: El técnico y experto biólogo, Pablo Araúz, en contacto con El Día y la prensa internacional, muestra las secuelas que dejaron las diversas detonaciones en el campo. Luego de dos años de la actividad de prospección exploratoria, los 57.000 arboles de castaña censados en un contexto total del 60% existente en la zona, no tienen los mismos rendimientos productivos. Incluso algunas especies maderables subren una prematura caída en la zona. «Se han caído muchos árboles, pero todavía se debe hacer un estudio minucioso», señala..

Pobreza: La población indígenas de la zona norte de La Paz, denuncia que el gobierno bajo la excusa de brindarles un fondo de compensación, confundió su responsabilidad de dotar con los servicios básicos, vivienda, salud y educación a la zona. «No nos pueden decir que a cambio de la exploración nos van a satisfacer con todas esas necesidades que tenemos, cuando la responsabilidad es del Estado de dotar con todos esas demandas», precisa Celín Quenevo, Asambleista Departamental de La Paz, en representación del pueblo Tacana II.

Agua: Indistintamente, las comunidades de Puerto Pérez, Las Mercedes, Toromonas y El Tigre, la realidad es la misma: no existe servicio de agua potable. La población acude diariamente a los pequeños arroyos, a los improvisados pozos y algunas vertientes naturales para conseguir agua para beber y preparar sus alimentos. Es el caso de Puerto Pérez donde la población utilizan un pequeño ojo de agua para cubrir necesidades como el lavado de sus prendas de vestir, el aseo personal, entre otros. «Esta fuente de agua nos sirve para lavar y alimentarnos», dice Nirza Ramirez, comunaria.

Fuente: http://m.eldia.com.bo/articulo.php?id=386&id_articulo=293092