Portafolio • China se alista para la ‘lucha’ por impulsar su economía

«Debemos estar completamente preparados para una dura lucha”. Esas fueron las palabras del primer ministro de China, Li Keqiang, al presentar la política económica que regirá en el gigante asiático para este año, todo bajo un panorama no tan alentador, pues registra el menor crecimiento de las últimas décadas.

En la apertura de la cita anual de la Asamblea Nacional Popular del presidente Xi Jinping presentó sus perspectivas de 2019, las cuales reducen el crecimiento del producto interno bruto (PIB) hasta un rango entre el 6% y el 6,5%, lo que pone de manifiesto, una vez más, los síntomas de desaceleración de la nación.

Cabe recordar que, de cumplirse con la parte alta del rango propuesto, la desaceleración sería de una décima respecto al dato de 2018, el cual llegó hasta el 6,6%. Ya esta cifra supone el peor nivel para el país desde 1990 (29 años).

Según las autoridades chinas, esta situación se da tanto por los retos internos como externos y prepararon el país para una batalla por recuperar el dinamismo económico. “Afrontaremos un entorno más grave y complicado, así como riesgos y desafíos, previsibles y de otro tipo, que son mayores en número y tamaño”, apuntó Li Keqiang.

Para esto, se presentó una gran batería de medidas que tienen como objetivo impulsar el PIB nacional, entre las que se encuentra una rebaja de impuestos corporativos de aproximadamente US$300.000 millones, descenso en el IVA al 13%, una flexibilización de 0,2% en su objetivo de déficit para permitir un mayor gasto público, algo que va de la mano con un gran proyecto de inversiones en infraestructuras viales, ferroviarias y fluviales en las que utilizarán más de US$300.000 millones.

Además, se hará un menor aumento al gasto en defensa (7,5%), mientras que se incrementará cuantiosamente (13,3%) la inversión en innovación y tecnología y se destinarán otros fondos para temas como contaminación y fomento del empleo en el país.

De acuerdo con los expertos, este movimiento es una prueba más de que la desaceleración económica de China no es un tema menor y, realmente, no se acaba de conocer la magnitud que podría tener.

Como afirma Derek Scissors, investigador del American Enterprise Institute de Washington, “la desaceleración es peor que la que China reportó en el cuarto trimestre; el avance no fue superior al 3%. El Gobierno es consciente del verdadero estado de la economía, razón por la cual han llamado a este año una ‘batalla’. Están brindando estímulos, que funcionarán por un período corto. La pregunta es si el sector privado puede liderar el crecimiento como antes o si la economía ahora depende del crédito gubernamental”.

Ante esto, aunque muchos expertos han asegurado que la guerra comercial es el principal problema para la economía china, lo cierto es que, como explica Rafael Pampillón, profesor de economía del IE Business School, no es el único.

“La transformación de China está cada vez más enfocada en aumentar la producción de bienes de consumo y del sector servicios para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos. Este cambio está desacelerando el crecimiento, pues el consumo no está actuando con la fuerza suficiente para tomar el relevo de sus motores económicos tradicionales: inversión y exportaciones”, indicó Pampillón.

Esto, por su parte, para Dali L. Yang, profesor de ciencia política, especializado en China, de la Universidad de Chicago, es reflejo de una mayor madurez. “La moderación de la tasa de crecimiento refleja la maduración del crecimiento chino a medida que la economía enfrenta más restricciones estructurales, financieras y demográficas”.

APERTURA ECONÓMICA

En la sesión de este martes en el Parlamento de China, también se hizo referencia a la promesa de una mayor apertura económica como otro instrumento de impulso, un argumento que ha estado presente durante las últimas ediciones. “Hay que flexibilizar aún más el acceso de los fondos foráneos y crear un entorno de mercado justo basado en la igualdad de trato y la competencia leal”, dijo Li.

Este proceso, aunque ha sido criticado por muchos por la lentitud en la que se ha aplicado, seguiría avanzando. “En parte, debido a la presión externa, la economía china se ha vuelto más abierta con niveles de aranceles sobre las importaciones que han disminuido del 9,8% al 7,5% en 2018. También ha facilitado que algunas empresas extranjeras, como Mastercard y Tesla, ingresen al mercado”, dejó claro Dali L. Yang.

Pero esta integración no está exenta de críticas. De acuerdo con Scissors, “la integración económica global de China es extremadamente desigual. Es el país comercial más grande del mundo, pero tiene la cuenta de capital cerrada, lo que significa que no permite que el dinero fluya libremente fuera del país. Y China bloquea una serie de sus industrias nacionales a la inversión extranjera a gran escala”.

Cabe resaltar que, como agrega Pampillón, al mundo le interesa que China crezca, porque “de lo contrario se reducirían sus importaciones de materias primas, provocando una caída en los precios mundiales, lo que podría debilitar las posibilidades de crecimiento de los países exportadores de las mismas, en su mayoría países de América Latina”.

HAY COSAS POR HACER

Las negociaciones comerciales entre China y EE. UU. son “extremadamente difíciles” y “aún resta mucho por hacer” a pesar de algunos progresos, dijo el ministro chino de Comercio. Al referirse a la reciente ronda de negociaciones en Washington, Zhong Shan comentó que fueron muy “difíciles y agotadoras”, ya que obligaron a los equipos a “trabajar horas suplementarias, día y noche”. “Habíamos acordado dos días y añadimos otros dos, fue muy intenso”.

Fuente: https://www.portafolio.co/internacional/china-se-alista-para-la-lucha-por-impulsar-su-economia-527115