Cuatro empresas textileras en crisis por ingreso de ropa china

Trabajadores de las cuatro compañías señalan a la competencia desleal de prendería china, el contrabando y la falta de mercados como causas del declive.

Cuatro empresas textiles afrontan problemas por la falta de mercados, el contrabando y la importación legal de prendas provenientes de China, señalaron sus representantes sindicales.
Dirigentes de Punto Blanco, Polar, Dinatex y Boshami indican que las compañías pasan por una crisis a raíz de la competencia desleal en el mercado interno y la falta de mercados alternativos para sus productos y piden al Gobierno establecer salvaguardas arancelarias para proteger al sector.
René Casas, secretario general del sindicato de  trabajadores de la empresa Polar, informó que desde la intervención de la fábrica de frazadas en 2015 hasta la fecha, los 40 trabajadores han batallado para mantenerse en el mercado.
Debido principalmente, explicó, al ingreso de frazadas peruanas y chinas de contrabando desde el punto fronterizo de Desaguadero.
“Nuestro producto se mantiene en el mercado a duras penas porque tiene que competir con otras frazadas de pésima calidad y bajos precios que entran desde la frontera sin ningún control”, lamentó  el dirigente.
Actualmente, la empresa emplea a 40 trabajadores.
Elizabeth Orozco, secretaria general del Sindicato de Trabajadores  de Punto Blanco, textilera  que desde 2014 se convirtió en una empresa social productiva al ser tomada y administrada por los trabajadores, sostuvo que la producción  se  mantiene en el mercado gracias a su calidad.
Sin embargo, admitió que la  situación es precaria, debido a la competencia desleal de las prendas chinas y a la falta de mercados internacionales.
“Tenemos muchas amenazas, están el contrabando y la importación legal que ingresa a precios muy bajos desde los países vecinos. Ha sido sólo por nuestra calidad que podemos mantenernos en el mercado, pero cada vez es más difícil”, agregó Orozco.
El representante de los trabajadores de Dinatex,  textilera especializada en la confección de camisas y blusas, Félix Mamani, relató que el ingreso de camisas  chinas, peruanas, argentinas y brasileñas a bajos precios es la principal amenaza a sus fuentes de trabajo.
“Somos 70 trabajadores que desde enero  hemos estado prácticamente parados; recién ahora tenemos trabajo y  pedidos hasta fin de año”, precisó.
Isabel Fuentes, dirigente de los trabajadores de Boshami, denunció que la falta de mercados internos y externos, la mala gestión por parte de los administradores y dueños de la empresa y el contrabando terminaron por asfixiar a la empresa, que tuvo que despedir casi a todos los trabajadores, 80 en total.
“Hemos tenido problemas con la producción y con los mercados, pero también mucha irresponsabilidad por parte de los empresarios, que nos han sacado sin responder por los aportes a las AFP, e ignorando al sindicato, reduciendo la empresa a un taller”, subrayó.
Crisis de las empresas textiles
El secretario general de la Federación de Trabajadores Fabriles de La Paz, Wilson Mamani, expresó  que hasta el momento la crisis que azota al sector textil ha provocado el cierre de al menos seis empresas.
“El contrabando, los productos chinos y la falta de medidas arancelarias para proteger a la industria nacional están provocando que muchas empresas cierren y dejen en la calle a sus trabajadores”, afirmó el dirigente.
Para Mamani, es necesaria una reforma aduanera que establezca mayores aranceles a los productos que también son manufacturados en Bolivia.
Con respecto al contrabando, Mamani destacó  que para poder combatirlo primero se debe  erradicar  la corrupción que hay entre los funcionarios fronterizos de la Aduana.
“Hemos podido ver cómo los productos de contrabando ingresan ante la vista y paciencia de los funcionarios que deben detenerlo. Eso es algo en lo que debemos trabajar también”, denunció el dirigente sindical.
Punto Blanco, en  problemas por deuda con el Banco Central
La empresa Punto Blanco enfrenta problemas debido a las deudas contraídas por sus anteriores administradores con el Banco Central de Bolivia (BCB), informó su representante sindical, Elizabeth Orozco.
“En este momento, la empresa está en emergencia debido al cobro de una deuda que contrajeron los anteriores propietarios y que no supieron cumplir, y que ahora nos afecta a nosotros”, señaló Orozco.
La deuda, que asciende a  500 mil bolivianos, fue contraída por los expropietarios de la empresa con el quebrado Banco Boliviano Americano (BBA) y que fue asumida por el BCB.
“Los propietarios dejaron de pagar las cuotas del crédito en 2013, por lo que ahora el BCB pretende embargar la planta y la maquinaria, pero no vamos a permitirlo”, agregó la dirigente.
Actualmente, los trabajadores de la empresa textil se encuentran a la espera de una resolución que los libre de la deuda que, según dice Orozco, debe ser cubierta por el expropietario de la empresa, Raúl Valda.
“Estamos a la espera del documento para poder trabajar tranquilos”. indicó la representante de los trabajadores.
La empresa Punto Blanco fue intervenida en 2014 y sus trabajadores se hicieron cargo de ella luego de más de 100 días de paro, debido al incumplimiento del pago de beneficios a cargo de su propietario Raúl Valda, quien luego fue aprehendido.
La deuda que Valda tenía con sus empleados era de 4,8 millones de bolivianos por la falta de pago  de los aportes a las  administradoras de fondos de pensiones durante 14 años y 800 mil bolivianos por el pago de salarios, además de pasajes, del subsidio de lactancia de cinco meses y otros pasivos.